'Me han matado a mi Furby'

Un Furby era el sueño de su vida. Pese a que ya no es ninguna niña, P. M. deseaba tener un muñeco Furby para conversar con él y entretenerse en las horas muertas. Con motivo de su cumpleaños, le llegó por correos su añorado y deseado Furby. Esta mascota interactiva necesita los mimos de su dueño para aprender a hablar, bailar, cantar...

'Le hablo, le doy palmadas, pero no dice nada. ¿Serán las pilas o es que me lo han frito en Correos? Porque sé que cuando lo empaquetaron hablaba a raudales', explica P.M.

En el servicio de correos de Barcelona, lugar desde donde se envió, explican que los paquetes pasan por un circuito de seguridad para contrastar que el envío no contiene ningún paquete bomba. Sin embargo, aseguran que los sistemas de seguridad no son incompatibles con los circuitos electrónicos, en este caso el que da vida al Furby. 'Seguro que no es el único Furby que viaja por correos', bromean en la oficina postal, y recuerdan la cantidad de paquetes con juguetes de todo tipo que circulan por el mundo, sobre todo en Navidad.

P. M. envió un correo electrónico al servicio al cliente de Hasbro Iberia, la empresa de los Furby, que inmediatamente le contestó: 'No sabemos cuál es problema que ha podido tener el Furby para estropearse durante el envío, pero envíalo a fábrica y nosotros nos haremos cargo de repararlo'.

El servicio de prensa de Hasbro también ofrece a esta clienta una explicación y una solución: 'Por la información no se puede saber dónde está el origen del error (un golpe recibido en correos, agotamiento de las pilas, etc). Lo que debe hacer en estos casos es llamar al teléfono gratuito de atención al consumidor de Hasbro: 900 180 377'. De todas formas, P. M. puede estar tranquila. Furby tiene garantía.