Pacto Local
Resulta sorprendente, también resulta cómico, la manera de escurrir el bulto que se observa en los políticos regionalistas, andaluces y de otras patrias, a la hora de hacer efectivo en el ámbito local lo que tantas veces han predicado de la descentralización y del acercamiento al ciudadano de la Administración y los servicios públicos. Prédicas normalmente acompañadas de invocaciones a Nuestra Señora del Perpetuo Llanto Autonómico, porque siempre queda algo imprescindible que transferir para alcanzar el cielo y salir de este valle de lágrimas.
También sería de gran interés que ya que se aborda el pacto para la segunda descentralización entre los dos grandes partidos políticos sobre la premisa de una mayor democracia -lo que a todo el mundo nos parece estupendo-, que no se olvidara que el mayor déficit democrático que tiene España es algo de lo que ya ni siquiera se habla.
Me refiero a las listas electorales cerradas y bloqueadas, que si pudieron tener alguna justificación en una democracia incipiente que acababa de salir de una dictadura de cantamañanas, veintitantos años después de asentada y consolidada no acaba de entenderse que perviva todavía como forma normal de elección de los representantes de los ciudadanos y, más aún, en los municipios en donde todo el mundo sabe quién es quién, y en donde votar determinada lista cerrada significa, en muchos casos, el tener que rechinar los dientes sobre los personajes que lleva encima.
Así que, bien está la descentralización de servicios, bien la mayor democratización de las elecciones, con la elección directa o indirecta del alcalde, que bienvenida sea; pero ya que se toca la Ley Electoral en el ámbito municipal que se empiece, al menos aquí, con algo que todos los ciudadanos van a entender mucho mejor que esos permanentes y aburridos llantos sobre financiaciones y transferencias: La elección de los representantes municipales con listas abiertas y que todo el mundo no sólo pueda votar, sino elegir.
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