_
_
_
_
LA CRISIS EN EL SCH LLEGA A SU FIN

Curtido gestor de crisis bancarias

Alfredo Sáenz se convierte en el primer ejecutivo de Emilio Botín en el SCH

Alfredo Sáenz Abad, nuevo vicepresidente y consejero delegado del Santander Central Hispano, añadió ayer un nuevo renglón a una de las biografías bancarias más densas de las últimas décadas en España. Nacido en las Arenas (Vizcaya) hace 59 años, hizo el bachillerato en el Colegio de los Jesuitas de Indautxu en Bilbao. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid y en Económicas por Deusto, donde se tituló en Económicas con el número uno de su promoción. En la universidad vasca, la principal factoría de los directivos bancarios de los años 80, tuvo como profesor a Pedro Toledo, alto cargo del Banco de Vizcaya y a la postre la persona que despertaría su vocación bancaria. Casado con Juana María Muñoz Prado, tiene cuatro hijos.

Comenzó su andadura profesional en 1965 en Tubacex y en 1981 se incorpora al Vizcaya como director de Planificación. Un año más tarde fue nombrado subdirector general del área de empresas del banco, sector que le entusiasmaba. Estudioso en su quehacer diario, pronto se convirtió en una autoridad en la banca industrial y en la reflotación de bancos en crisis. Alumno aventajado de Pedro Toledo, Sáenz recibió en 1983 por parte de un pool de bancos el encargo de pilotar la mayor crisis bancaria de los 80: Banca Catalana, estrangulada por su estrategia industrial. Esta experiencia y su éxito le valieron el reconocimiento del Banco de España que le apuntó en su agenda dorada para el futuro. Vuelve al Vizcaya en 1987 como consejero y se topa con la fusión del Vizcaya y el Bilbao en enero de 1988. A la muerte de Pedro de Toledo, en diciembre de 1989, fue designado para ocupar su sillón, pero esta decisión fue contestada por el sector del Banco de Bilbao. Fueron momentos muy duros de enfrentamiento entre los representantes de ambos bancos que hubo de resolver un arbitraje obligatorio del Banco de España. Recibió una vicepresidencia tras firmarse la paz en el BBVA en la que permanece tres años. El 28 de diciembre de 1993 el Banco de España interviene Banesto y nombra presidente a Alfredo Sáenz, prestado por el BBV. Es el momento más importante de su carrera y cuando afronta el mayor reto de gestión, ya que el agujero de Banesto era de 605.000 millones de pesetas. Cree más en el trabajo duro que en las ideas brillantes. Conocedor como pocos de las tripas de un banco y especialista en riesgos, Sáenz se estudia Banesto hasta el último detalle. Una vez que el Santander se adjudica Banesto en subasta pública, Botín le ofrece la presidencia y su aceptación genera recelos en el BBV que también había pujado por Banesto. Este distanciamiento se acentúa al quedarse con 12 directivos (todos procedentes del Vizcaya) que habían ido al salvamento de Banesto con él.

Coqueto en el vestir, arquetipo de vasco, pulcro y educado, Sáenz no pierde la compostura aunque tenga que soportar (como lo hizo en la primera junta de Banesto) casi 10 horas sin moverse de la silla para contestar a los accionistas. Es amante de la música clásica y de la ópera, de la navegación y celoso de su vida privada. Muy madrugador, de semblante serio, tez colorada y con agudo sentido del humor, se ha aficionado al ciclismo desde que preside Banesto. Se sabe los números de la entidad al dedillo y ha sabido lanzar un banco con un amplio boquete en sus cuentas y en la moral de los empleados. Más brillante y duro de lo que aparenta, su gestión en Banesto se ha centrado en mejorar los márgenes financieros por la vía de aumentar el negocio tradicional, soltando lastre industrial y recortando presencia internacional. Banestó ganó el pasado año 70.168 millones y perdía 129.376 millones en 1993.

Con buena sintonía con Botín, Sáenz ha sido ungido por el primer banquero de España en un Miércoles de Ceniza histórico para el ejecutivo que más sabe de reestructuraciones bancarias y cuya discreción vuelve a ser premiada.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_