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Columna
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Dinero

La LOGSE es una Ley para la igualdad. Los que piden calidad en la enseñanza se remiten a sí mismos y a su escritura de niños sin faltas de ortografía. Olvidan cuántos niños no iban a la escuela, cuántos trabajaban en lugar de estudiar, porque también estaría bien recordar que hasta no hace tanto tiempo, en este país, un niño podía trabajar, sin que nadie se escandalizara. Ahora es obligatorio estudiar hasta los 16 años. Lo dice la LOGSE. Es un problema para los colegios públicos, no para los privados. A los públicos van muchos chicos de familias con recursos, pero van más de familias sin muchos recursos y para que rindan igual hay que darles, a quienes no lo tienen en casa, buen ambiente y una escuela bien equipada, con profesores bien formados e ilusionados. La LOGSE, al hacer obligatoria la escuela hasta los 16 años, trata de igualar a todos los niños y eso es justo, porque las diferencias sociales se reducen con la educación, tanto que lo ideal sería ampliar la obligatoriedad todavía más, según afirman muchos expertos. Un niño rico y otro pobre, con la misma educación, la misma oportunidad de demostrar unas capacidades bien estimuladas, cuando son hombres ya no son diferentes, son iguales. La LOGSE nació para la igualdad pero no ha dado el resultado que debería dar una ley progresista e igualitaria porque le ha faltado dinero. Si esa ley, desde su nacimiento, hubiera estado bien financiada, otro gallo nos hubiera cantado y de otra cosa estaríamos hablando. Dinero para la enseñanza pública. Porque es duro y, sin embargo, cierto que lo que no funciona en la escuela pública, funciona en la privada, donde los colegios, para no perder el prestigio que les sirve para vivir y ser competitivos y elegidos por los padres, se cuidan muy mucho de que los niños escriban sin faltas de ortografía. En la privada hay lo que le falta a la pública: dinero. Ese es el problema, el dinero, para la formación del profesorado, para el equipamiento de los centros, para el estímulo de profesores y alumnos; para hacer del aprendizaje ilusión, de la educación aventura, del saber conquista. Dinero para conseguir una buena enseñanza pública, para hacer de la escuela pública el ideal que debe ser, porque iguala y pone el futuro al alcance de todos.

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