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Entre las medidas contempladas por la dirección general de RTVE para reducir su déficit y contener su endeudamiento figura la posibilidad de introducir publicidad en Radio Nacional. Ante las protestas del sector, el director general ha precisado que no será publicidad convencional. Sin embargo, la fórmula barajada de patrocinio o esponsorización de programas no altera la naturaleza del problema. La radio pública aspira a tener una doble vía de financiación, presupuesto y publicidad, como ya ocurre con las televisiones públicas, sean estatales, autonómicas o locales. Y esto es idependiente de la fórmula publicitaria concreta que utilice.

El endeudamiento de RTVE aumentará este año en más de 750 millones de euros, de forma que la deuda acumulada rondará los 4. 800 millones de euros: cada vez más cerca del fatídico billón de pesetas. Desde la adscripción de la compañía al consorcio de empresas estatales SEPI, se han sucedido las propuestas -algunas con carácter de globo-sonda- sobre la forma de contener esa riada. En el plan de viabilidad presentado en septiembre pasado se planteaba ya la posibilidad de abrir Radio 1 -la principal emisora de la cadena- al mercado publicitario, aunque ya entonces se incluía una referencia a la fórmula de patrocinio. Otra medida prevista era aumentar hasta el límite máximo permitido la saturación publicitaria en la televisión pública. Las protestas de las cadenas privadas parecieron paralizar la iniciativa, pero estos días lo ha vuelto a sugerir el director general.

En España no existe una limitación específica para las cadenas públicas: se aplican los mismos porcentajes de publicidad por hora de emisión que en las privadas. Ello acentúa el carácter de competencia desleal que ejercen los medios estatales desde su doble financiación: a través del presupuesto y de la publicidad. Más la ventaja derivada de un endeudamiento a largo plazo y virtualmente ilimitado. Desde sectores próximos al Gobierno se sugiere la incoherencia de quienes a la vez critican ese endeudamiento sin límite de RTVE y las medidas que vienen a evitarlo, como la inclusión de publicidad en la radio. Es un argumento ligeramente cínico, ya que el remedio lo es en la medida en que aumenta el daño a los competidores privados. ¿Dónde queda la defensa de la libre competencia? Son las peculiaridades del liberalismo del PP.