_
_
_
_
Entrevista:GEORGES MOUSTAKI | Cantante y compositor

'Las mujeres me sorprenden siempre'

Pregunta. Le llaman, y participa en la chanson flamenca de Antonio Canales. ¿La mezcla es un pastiche o un hallazgo?

Respuesta. Para mí es un homenaje, un puente entre dos culturas. Y el resultado es un logro.Soy un enamorado de la música flamenca.

P. ¿Usted no sigue viviendo un poco del mayo del 68?

R. No [risas]. El 68 son sólo algunas semanas en la vida de Francia, que coincidieron con algo que yo vivía antes y después. El 68 no cambió mis ideas, sino que me hizo simpatizar con los estudiantes, los obreros, los intelectuales.

P. ¿Va de nostálgico?

R. Sí. Me gusta el lado tierno de la nostalgia, lo que la nostalgia procura como emoción. Pero no es una nostalgia amarga.

P. Con la muerte de Gilbert Bécaud ¿se le ha ido alguien de la panda?

R. Le conocía muy poco. Pero había una luz que se encendía entre nuestras miradas. El día de su muerte tenía una gran tristeza, me apetecía celebrar algo, y empecé a tocar Quand il est mort le poète.Me siguió toda la sala y yo empecé a llorar.

P. ¿Quién queda de la vieja guardia de la chanson?

R. En primer lugar, Moustaki [risas].

P. ¿El público actual le aguantaque desafine, o que deje escapar un gallo?

R. Actué hace unos días, completamente resfriado, y el público se puso a cantar conmigo para reconfortarme.

P. ¿Se escriben ahora canciones como La Bohème o Le Métèque?

R. No hay canciones como. Cada canción es una cosa única.

P. ¿Su Métèque está de especial actualidad?

R. Por los problemas de los inmigrantes. Pero creo que es actual porque logré, de milagro, hacer una canción universal e intemporal.

P. ¿Usted se sigue considerando un extranjero?

R. Lo soy, porque no me siento de ningún país ni pertenezco a ningún mundo.

P. Reconozca que siempre ha sido en París un emigrante de lujo, un métèque Rive Gauche.

R. Es usted la que pone etiquetas [risas]. Yo no las tengo.

P. ¿Son éstos tiempos de poesía?

R. Por supuesto. La poesía cambia de forma. Puede ser violenta, tierna, romántica. Pero es indispensable.

P. ¿Cuáles son ahora sus amores?

R. Las mujeres y la música.

P. ¿Escribió Milord para Edith Piaf en agradecimiento a que ella le lanzó?

R. Hubo una historia de amor entre Piaf y yo. No fue para agradecerle nada. Ella me hizo el regalo de cantarla; yo hice mi parte escribiéndola.

P. Cantó para la campaña electoral de Mitterrand y aquí para el PSOE en 1982. ¿Le desilusionaron?

R. No, porque no esperaba más. Prefería Mitterrand a Chirac; prefería los socialistas españoles a la derecha. No pienso que los políticos puedan hacer milagros. Les apoyo por sentido fraternal, pero uno puede perdonar a los hombres que cometan errores, que tengan debilidades.

P. Sigue cantando a la revolución permanente. ¿Le hacen algún caso?

R. Yo no pido permiso para cantar. Sale de mí, son mis ideas, mis palabras, mi música. No pido permiso ni acepto la censura de nadie.

P. ¿Con qué sueña?

R. Con el amor.

P. 'A mi edad, mi atracción por las mujeres es idéntica'. No me diga.

R. Sí. Y es siempre nueva. Incluso las mujeres a las que conozco bien me sorprenden siempre.

P. ¿Se le ocurrirían versos para Bin Laden, Bush o Aznar?

R. Para ninguno de los tres. Bin Laden es una imagen, no sé si existe. A Bush no tengo ganas de conocerle: me cae antipático. Y Aznar hace una política con la que no estoy de acuerdo.

P. ¿Es poético que Bush se atragante con una galleta?

R. [Grandes risas] Es humorístico.

P. Dijo: 'El cielo está en una isla griega; el infierno, en Manhattan'. ¿Era una profecía?

R. ¿Dije eso? Debía de tener un día profético, porque es verdad que cuando los aviones destruyeron las Torres Gemelas yo estaba en Grecia, y estaba en el paraíso. Y la televisión me enseñaba el infierno.

P. ¿Por qué le gustan las cicatrices?

R. Porque son eróticas.

P. ¿Es usted el último romántico?

R. No. No somos muchos, pero no soy el último.

Georges Moustaki.
Georges Moustaki.LUIS MAGÁN

PERFIL

A sus 67 años, sigue teniendo sus cabellos al viento, un tono pausado y una voz convincente y calma. Afirma que no tiene tiempo de aburrirse, que escucha música clásica y juega al pimpón y al ajedrez, camina, nada y pinta. Dice que 'todas las guerras son horrores que yo no perdono'. Y parece un hombre en paz.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_