Los mercados
En las postrimerías del pasado año, el escepticismo de muchos inversores era dominante sobre los que confiaban en las posibilidades de una recuperación económica. Los mercados, sin embargo, definieron un punto de inflexión ya desde el inicio del cuarto trimestre. Desde entonces, los indicadores de expectativas han confirmado las señales que transmitían las variables financieras en las dos principales áreas (la estadounidense y la europea), ya no sólo por la reanudación de una tendencia al alza de las bolsas, sino también por la fuerte positivización de las curvas de rentabilidades.
Para los analistas de los mercados desde una perspectiva técnica, esta sintomatología apuntaba desde finales de septiembre a un cambio en el ciclo, con bastante anticipación a las que posteriormente serían las primeras señales de mejora en los índices de confianza de los consumidores y los empresarios.
El pulso de los mercados constituye uno de los elementos de información más valiosos sobre la evolución del ciclo económico
Generalmente es esta fase, en la génesis de los movimientos tendenciales (alcista en este caso para la renta variable), cuando aún los indicadores económicos no explican este comportamiento, la más crítica de la tendencia y cuando ambos enfoques, técnico y fundamental, difieren más.
Transcurridas ya algunas semanas del nuevo ejercicio, comienza a adquirir mayores posibilidades la hipótesis de una reactivación económica en el segundo semestre, provocando las primeras revisiones al alza en las previsiones de crecimiento. Parece adecuado, por tanto, que el pulso de los mercados constituya uno de los elementos de información más valiosos sobre el ciclo económico, y en ocasiones, la herramienta de análisis más útil de la que se dispone.
En todo caso, sería una necedad afirmar que los mercados son infalibles, y también es en estas fases cuando los cambios de sentimiento son más habituales.
De hecho, actualmente se han introducido en una tendencia que corrige parte de la sobrerreacción que se puso de manifiesto en el cierre del pasado ejercicio 2001.
Ni los bancos centrales van a tensionar su política monetaria tanto como descontaban hace unas semanas (la curva del dólar anticipaba elevaciones de tipos de hasta dos puntos porcentuales este año), ni las empresas parece que vayan a poder justificar previsiones de beneficios por encima de la media histórica.
Ramón Bermejo y César Cantalapiedra son, respectivamente, responsable de Análisis Técnico y director de Análisis de AFI.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.