_
_
_
_
Entrevista:Pascal Comelade | MÚSICA

'Soy una reducción de músico tocando una reducción de piano'

Psicòtic Music Hall es un título suficientemente explícito como para que no sean necesarias aclaraciones suplementarias y más si su autor es un músico tan desconcertante y atractivo a la vez como Pascal Comelade. El último trabajo del compositor e instrumentista de Perpiñán (el número 30 de su discografía personal sin contar las recopilaciones y los discos colectivos) presenta, en un abanico de composiciones instrumentales propias, una reunión de todos sus queridos fantasmas: desde desquiciados pasacalles hasta piezas de puro cabaret galáctico con ricas incrustaciones de music hall, rock and roll, jazz, minimalismo y un racimo multicolor de otros estilos que poco o nada tienen que ver con las listas de éxito al uso.

'Mi último disco con temas

propios se remonta a 1994. Desde entonces todo había sido colaboraciones. Necesitaba hacer algo más personal, sin versiones, sin invitados; recuperar mi música de siempre', explica Comelade pensando mucho cada palabra y enumerando entre sus recientes colaboradores nombres tan dispares como los coreógrafos Bob Wilson y Cesc Gelabert, el pintor Frederic Amat, el diseñador Philippe Starck, el poeta Enric Cassasses o los músicos P. J. Harvey, Sisa, Robert Wyatt, Jack Berrocal o Toti Soler. Mientras medita sus respuestas, Comelade contempla con un cierto orgullo su nuevo hijo discográfico al que se considera incapaz de etiquetar. 'Hace más de veinte años que comencé a hacer este tipo de música. Primero fueron los instrumentos de juguete de la Bel Canto Orchestra que acabó siendo un caos y después, a partir más o menos de 1993, fui estabilizándome con una formación estrictamente barcelonesa y encontrando una vía más melódica, menos repetitiva. No soy un músico de jazz que sólo pretende mejorar su técnica o un vanguardista que se pregunta qué hacer después de Philip Glass y Steve Reich. Soy un autodidacto total, mi cultura es el rock and roll de finales de los sesenta y, sobre todo, mi gran obsesión por consumir todo tipo de música'. Comelade duda mucho al poner adjetivos, es más los rehúye directamente. 'Lo único seguro es que se trata de una música y de una práctica musical fuera del juego del momento y de todos los ismos, de todo ese mundo que está movido por la economía del disco. Música, músicos y espectadores abiertos a todo tipo de cosas y que siempre hemos estado al margen de la música oficial y de la música comercial'.

Pascal Comelade ha estado trabajando un año en los 15 temas que componen este proyecto. 'No soy un compositor típico. En casa sólo tengo un piano acústico y un pequeño casete. Cuando tengo una idea la grabo y cuando ya tengo varias cintas llenas de ideas voy al estudio'. Al hablar de estudios de grabación, el pausado hablar de Comelade se excita ligeramente. 'No me gustan los estudios modernos, todo es demasiado higiénico y eso me plantea muchos problemas. Para mí, este disco es demasiado higiénico pero es algo que no se puede evitar con tanto ordenador, tanto mastering, remastering, reremastering..., todo se cuadra, se arregla, se afina y, al final, corres el peligro de que tu trabajo suene muy muzzak. El técnico de sonido tiene el poder y eso es peligroso. Quiero volver a los estudios analógicos, a las viejas cintas...'.

Otra imagen de la que quiere huir Comelade es la de intérprete de instrumentos de juguete que poco o nada se acerca a su trabajo actual. 'Comencé con los instrumentos de juguete en 1983 y duró unos diez años. Ahora ya no los utilizo, pero la imagen ha persistido un poco por culpa mía que la exploté demasiado. En este momento toco un par de reducciones de piano, una suena a honky tonk y la otra a glockenspiel, pero no son juguetes en sentido estricto. Yo no soy un pianista virtuoso, pero puedo tocar estos pianos como si lo fuera. Tal vez soy una reducción de músico tocando una reducción de piano. El primer título que pensé para este disco fue El pianonanista, algo así como unir masturbación y enanismo por aquello de la cultura considerada como una masturbación intelectual interpretada con pequeños pianos'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_