Crisis en CC OO al quebrarse la alianza de Fidalgo y su 'número dos'

El sindicato CC OO se encuentra sumido en una crisis por las discrepancias entre su líder, José María Fidalgo, y el número dos de la central, Rodolfo Benito. Las abiertas críticas a la gestión del secretario general expresadas por el responsable de organización y comunicación en una reunión de la dirección del sindicato en enero han agudizado unas diferencias que se venían arrastrando desde hace meses. Fidalgo ha comunicado a Benito que está reflexionando sobre la decisión a tomar. La hipótesis más probable es que lo aparte de sus cargos.

La frágil alianza que existía entre José María Fidalgo y Rodolfo Benito se ha roto. La suma de los sectores que les apoyan permitió hace dos años al sindicato superar otra crisis que se generó a la hora de decidir la persona que iba a suceder a Antonio Gutiérrez al frente de la dirección. Ese pacto forzó al tercero en liza, Ignacio Fernández Toxo, a renunciar a presentar su candidatura.

Las diferencias se cerraron en falso con el VII Congreso de abril de 2000, y el pulso se reprodujo a los pocos meses entre los aparentes aliados. Ahora, esas discrepancias han aumentado de calado y se han expresado abiertamente en el secretariado de enero. En esa reunión de la dirección, el secretario general de CC OO presentó un informe sobre el balance de 2001, ante el que su número dos planteó una oposición crítica en prácticamente todos los temas analizados sobre la estrategia aplicada por la central.

Rodolfo Benito expresó su desacuerdo con numerosas cuestiones y sostuvo que es el Gobierno el que lleva la iniciativa en el diálogo social, y no el sindicato; que la quiebra de las relaciones de unidad de acción con UGT es muy perjudicial para el movimiento sindical; que no fueron suficientemente duras las críticas de CC OO a la reforma laboral impuesta por el Ejecutivo en marzo del año pasado, aunque tampoco estaba de acuerdo con el paro general que quería convocar UGT; y que es difícil discutir una reforma de la negociación colectiva con las propuestas del Gobierno. Otra dificultad añadida es el apoyo de la unión de Madrid, próxima a este dirigente, al comité de la empresa Sintel, en contra de los argumentos de la dirección en defensa de los acuerdos sociales firmados con el Ejecutivo.

Tras esa dura reunión del secretariado, Fidalgo y Benito han mantenido encuentros personales para analizar las consecuencias, y el líder de la central sigue sopesando la decisión a tomar. La hipótesis más probable es que el actual responsable de organización y comunicación, interna y externa, del sindicato sea apartado de sus cargos, aunque Fidalgo no le ha comunicado nada a él y tan sólo le ha comentado: 'Lo estoy reflexionando'.

De momento está realizando algunas consultas con otros dirigentes del sindicato y algunos defienden que no es posible que Benito mantenga esas responsabilidades y que siga teniendo tanto poder sin respetar 'la lealtad al proyecto'.

La destitución como miembro del secretariado, que no de la ejecutiva de la que forma parte por elección del congreso, desataría una crisis más aguda y dirigentes próximos a Benito aseguran que debería desembocar en un congreso extraordinario.