Guijosa entra en juego

España mejoró ante Eslovenia algunos aspectos de su juego, pero continúa emitiendo señales nada alentadoras. Al equipo de César Argilés, que firmó ayer su clasificación para la segunda fase del Campeonato de Europa de balonmano, le esperan ahora tres huesos: Francia, la campeona vigente; Alemania y Yugoslavia. En cualquier caso, ayer apabulló al esloveno, que comprometió con un juego anárquico su pase, logrado finalmente con mucho sufrimiento, pues un gol más en contra habría clasificado a Suiza.

La fácil victoria de España se debió a que Eslovenia perdió los papeles en la segunda parte, circunstancia que aprovechó para marcar goles a porrillo y pasárselo pipa. Pero todo esto fue en el segundo acto, cuando el partido se rompió debido al tembleque que le entró a la selección alpina, que sólo al final maquilló el resultado. Antes, en la primera parte, a España le faltó de nuevo continuidad. Además, mostró una condescencia defensiva que puede costarle caro en la segunda fase.

Menos mal que Guijosa, por fin, entró en juego. El extremo izquierdo madrileño, designado el mejor jugador del mundo en 1999, se dio un festín. Su aportación fue enorme. Si ante Suiza, el sábado, España obvió a los extremos, ayer sacó petróleo de Guijosa, un jugador cuya contribución necesita el grupo si pretende pintar algo en el torneo. La mejor noticia para España es la irrupción de Guijosa, un balonmanista crucial por su aportación anotadora y su carácter.

El triunfo ante Eslovenia le aporta a España buenas dosis de ánimo. Un tanto alicaído en las dos primeras jornadas, el conjunto español exprimió la anarquía eslovena para entrar en la siguiente fase.