La Copa de los líos
A las precarias condiciones del máximo torneo africano en Mali se han unido las amenazas de muerte a Weah y la expulsión de Kuffour
La Copa de África en Mali se ha convertido en la Copa de los líos. A falta de juego y goles, muy escasos en las primeras jornadas disputadas, las incidencias se han sucedido en el máximo torneo del fútbol africano. Pocos días después de pasar por el país el rally Arras-Madrid-Dakar, otra aventura parece continuar. Las motos, los coches y los camiones sufrieron en la arena, pero la hierba de los estadios no ha sido precisamente un bálsamo para los futbolistas. Mali, un país con apenas 270 dólares (310 euros), de renta per cápita al año, se ha visto desbordado en su organización. Discusiones hasta el último momento por la televisión de los partidos, alojamientos a medio terminar y deficiencias en la alimentación tan tremendas como para obligar al ministro de deportes de Camerún -el campeón que lleva camino de repetir-, a fletar con urgencia hasta Bamako un avión cargado de pollos, pescados, patatas, zumo de naranja y chocolate. La cuestión era salvar del hambre a jugadores como Eto'o, Lauren o Geremi, que para sudar menos ante el calor reinante han estrenado unas camisetas sin mangas, al estilo de las de rugby australiano. Pero lo peor, quizá, ha sido que dos jugadores de Zambia tienen malaria y otros 18 de gripe, según su entrenador, el danés Ronald Poulsen: 'Es increíble. Nunca había visto algo así en toda mi carrera de jugador y entrenador'.
Y aún hay más. Lo más suave, que Samuel Kuffour, el defensa del Bayern Múnich, criticó al seleccionador de Ghana por el planteamiento del primer partido empatado ante Marruecos y no ha quedado claro si le echaron de la concentración o se marchó dando un portazo. Lo más duro, que George Weah, alma y cuerpo de Liberia, anunció su dimisión irrevocable después de la Copa en su múltiple cargo de entrenador, jugador-capitán y mecenas de su selección. 'Tengo miedo', dijo en un impresionante testimonio. 'Temo por mi vida y la de mi familia. No puedo volver a mi país'. Weah, que casi llevó a Liberia al Mundial, perdiendo la clasificación por muy poco, ha denunciado la falta de ayuda de su gobierno y que todo viene del enfrentamiento con su líder, Charles Taylor. 'El mensaje del presidente es que soy una diana. No tengo seguridad para volver'.
Weah ya sufrió un atentado en su casa, tras la rebelión de Taylor que acabó en 1990 con la muerte del presidente Samuel Doe, cercano a la gran estrella del fútbol. Según Weah, Taylor, ganador de una guerra civil sangrienta que dejó un saldo de 200.000 muertos, 'no puede aceptar mi popularidad. Y añadió: 'No soy un político, aunque el fútbol se ha mezclado con la política. Y reconoció: 'Sí, podría ser presidente, porque conozco a mucha gente en el país y fuera'.
Tras su paso por el Monaco, Paris Saint-Germain, Milan (en el que fue mejor jugador para la FIFA y Balón de Oro en 1995), Chelsea, Manchester City y Marsella, el delantero de 35 años milita desde octubre de 2001 en el Al Jazira (el mismo nombre de la cadena televisiva, La Isla, Algeciras), de los Emiratos Árabes Unidos. Ya a menor nivel, también es el máximo goleador de su Liga, con nueve tantos en siete partidos. Y marcó el de Liberia frente a Mali en el primer partido de la Copa. Tras empatar con Argelia el viernes, aún podría estar con el equipo en cuartos de final si gana a Nigeria. Pero él ya no puede más. Se ha construido una casa cerca de Nueva York y allí residirá después. De momento.
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