La fundación Pro-AVE cree que los gobiernos del PP cumplirán su compromiso sobre el tren de alta velocidad

Federico Félix, presidente y portavoz de la fundación Pro-AVE, una agrupación de empresarios y promotores que llegó a ofrecer fondos para acelerar la construcción de un tren de alta velocidad que permita conectar Madrid como las tres capitales de provincia de la Comunidad Valenciana, está convencido de que 'los gobiernos central y autonómico cumplirán todos sus compromisos' respecto a los plazos de ejecución de la nueva infraestructura.

La semana pasada, Gregorio Martín, catedrático de Robótica de la Universidad de Valencia, desgranaba en estas páginas la actual situación de desarrollo del proyecto y alertaba sobre los escasos tramos en proyecto y las dificultades para cerrar la conexión de alta velocidad en el corredor mediterráneo debido a la perspectiva radial desde la que se ha diseñado la red de alta velocidad desde el Estado.

Félix concede que la situación actual no es óptima, pero recuerda la importancia que tiene la nueva infraestructura para garantizar la rentabilidad de muchas inversiones multimillonarias acometidas en materia de 'servicios, ocio y turismo'. Por eso, el presidente de la fundación Pro-AVE no se permite dudar sobre los compromisos de las Administraciones implicadas en el desarrollo del proyecto.

Pedro Coca, secretario de la Confederación Empresarial Valenciana, por su parte, explicó que 'no se pueden acometer todos los tramos a la vez' y afirmó que la CEV está satisfecha con el desarrollo actual del proyecto. Coca recuerda que los plazos oficiales establecían que a finales del presente ejercicio se habrían adjudicado la inmensa mayoría de los proyectos de ejecución y podrían iniciarse las primeras obras. El secretario de la CEV está convencido de que en torno a 2006 el tren de alta velocidad será una realidad porque 'la actual tecnología permite ejecutar las obras en un tiempo récord'. Coca considera lógico que el Ministerio de Fomento impulse primero los tramos que entrañan menos dificultades técnicas o ambientales y sostiene que una vez en marcha, los tramos más conflictivos caerán por su propio peso.

Félix, sin embargo, elude la mención de plazos y fía sus expectativas a la palabra de los responsables políticos.