Los tres ocupantes de un avión mueren al estrellarse en un monte de Vizcaya
La tripulación no emitió señales de alarma
Un fallo técnico o humano debido a la densa niebla se apuntan como las posibles causas del accidente del avión de carga que se estrelló ayer a 30 kilómetros del aeropuerto de Bilbao, en el que murieron sus tres ocupantes: el comandante, el copiloto y el mecánico. El aparato, que realizaba a diario la ruta Madrid-Bilbao-Madrid, chocó contra un monte de Zaldibar (Vizcaya) cuando estaba alineado para el aterrizaje y sin que emitiera mensajes de alarma.
El aparato estaba en la ruta y altura adecuadas y ya se había alineado a la pista de aterrizaje
Tanto los restos del avión, un Embraer 120 adquirido en 1998 por la compañía Ibertrans, como los de los tres ocupantes quedaron esparcidos en un área de 150 metros. El accidente ocurrió a casi 10 kilómetros en línea recta del monte Oiz, donde hace 17 años se produjo una de las mayores catástrofes aéreas en España al estrellarse un Boeing causando la muerte a 141 pasajeros y siete tripulantes.
Ayer a las 7.35 horas, según informó un portavoz de AENA (el ente público que gestiona los aeropuertos), se perdió el contacto con el aparato, que minutos antes había solicitado a la torre de control del aeropuerto de Bilbao el permiso para el inicio de la maniobra de aproximación. Aún era de noche y una densa niebla, que persistió durante casi toda la mañana, cubría esta comarca vizcaína, cubierta de montes.
'Pegó una especie de panzazo sobre una ladera y luego rebotó e inició el descenso por otra', relató el alcalde de Zaldibar, Igor Barrenetxea-Arando, tras observar los impactos en el suelo.
El Embraer no había dado ninguna señal de alarma a la torre de control. Se encontraba a la altura correcta en el momento en que se perdió su contacto, a 5.000 pies (unos 1.600 metros), y en la ruta adecuada, dijo un portavoz de AENA. 'Es la única ruta que se utiliza si no hay buenas condiciones meteorológicas', indicó este portavoz, quien recordó que durante toda la mañana pasaron aviones tanto antes como después del accidente sin que se registrase ningún incidente.
La existencia de numerosos montes en esta zona obliga a que las maniobras de aproximación al aeropuerto bilbaíno se realicen a través de los valles existentes, bien por el interior o por la costa vizcaína. El avión se encontraba en la ruta del interior y ya había virado, a la altura del municipio guipuzcoano de Legazpi, para alinearse a la pista principal de aterrizaje del aeródromo. 'Iba como tenía que ir. No se había desviado para nada', afirmó un experto del aeropuerto.
Un fuerte resplandor fue visto por unos pocos vecinos, dado que el lugar donde se estrelló el avión es una zona poca poblada: la vivienda más cercana se encuentra a varios kilómetros. 'Vi como algo de fuego. Conozco bien la zona y me extrañó que a esa temprana hora hubiera gente trabajando', afirmó Carmelo Zabala, vecino de la localidad cercana de Mallabia, quien presenció lo ocurrido cuando viajaba en su vehículo en dirección a un caserío en el que trabaja. 'Se me ocurrió llamar a la central de emergencias y posteriormente vi dotaciones policiales y de bomberos pasar por delante del caserío. Me ofrecí a acompañarles porque no iban a encontrar el camino'.
El acceso al lugar del accidente es muy complicado y sólo es posible en vehículos todo terreno, a través de pistas forestales que están en malas condiciones debido al barro. La cerrada niebla, que apenas permitía ver a cinco metros de distancia, dificultó aún más las tareas que activó el servicio de atención de emergencias de la Diputación con la participación de agentes de la Ertzaintza, que movilizó a un helicóptero, bomberos, ambulancias y el servicio de Montes de la Diputación.
Hacia las nueve de la mañana, hora y media después de que tuviera lugar el siniestro, se encontraron los restos esparcidos del aparato, a 100 metros de la cruz que corona la cima del monte Santa María La Vieja.
La escena fue dantesca, con trozos del avión y la carga desperdigados por los árboles en un área de 150 metros. La única parte del aparato que se apreciaba con claridad era la cola del avión. Como era previsible, los cuerpos de los tres fallecidos estaban destrozados y los servicios de emergencia fueron retirando los cadáveres a trozos.
Los muertos son Miguel Ángel Alemany Soto, vecino de Madrid, que era el comandante e instructor de la compañía con muchos años de experiencia; Francés Alemany Codinash, vecino de Barcelona, copiloto, también con muchas horas de vuelo, y Agustín Jordán Sesé, mecánico y residente en Valencia.
Caja negra localizada
Agentes de la Ertzaintza y la Guardia Civil inspeccionaron el lugar y localizaron a media tarde la caja negra del avión, que aclarará las causas del accidente. El hecho de que la tripulación no emitiera ninguna comunicación de alarma previa apunta a un error humano o un imprevisto técnico, propiciado por la densa niebla, como los motivos más probables. Con el accidente, se ha puesto en marcha una investigación dirigida por la Comisión Nacional de Investigación de Accidentes e Incidentes Aéreos.
Técnicos del aeropuerto bilbaíno estuvieron recabando pistas durante el día de ayer en el monte de Zaldibar. Al lugar también acudieron los máximos responsables de la compañía Ibertrans, que aseguró que el aparato tenía todos los permisos en regla. El avión, de turbohélice, podía transportar también pasajeros en vuelos regionales y tenía treinta plazas de capacidad, según informó la compañía. Ayer portaba servicio urgente de paquetería de la empresa UPS y realizaba, de lunes a viernes, la ruta de Madrid-Bilbao-Madrid. Había partido de la capital a las 6.37 horas y tenía previsto aterrizar en el aeropuerto bilbaíno a las 7.45.
El sindicato de pilotos Sepla reprochó que el aparato siniestrado careciera del sistema de alerta de proximidad de terreno, que es obligatorio en los aviones comerciales en España pero no en los de carga, afirmó un portavoz. 'Le podría haber anunciado a los pilotos la cercanía del monte', añadió. El Sepla instó a la comisión de investigación de accidentes a que agilice sus indagaciones.
El coordinador técnico del Colegio Oficial de Pilotos, Rafael de Madariaga, afirmó que el aeropuerto de Bilbao 'no está en el mejor sitio' al encontrarse en un valle 'y hay que hacer la aproximación muy tendida y seguir una alineación muy exacta'. Con el de ayer, son siete los fallecidos en los 13 accidentes aéreos de carga en España en los últimos doce años.
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