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ANTENA 3 | 'UN PASO ADELANTE' Y 'ABIERTO AL ANOCHECER'
Columna
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Martes en dos partes

Veinte años después de que la cadena NBC estrenara Fama, Antena 3 programa Un paso adelante, una relectura de aquel argumento adaptada a nuestros tiempos y que insiste en glosar la vocación artística y su entorno de sacrificio e ilusión. Que su estreno coincida con la epidémica Operación Triunfo es un arma de doble filo. En teoría debería aprovecharse del momentazo baile que vivimos. A la práctica le perjudica competir con la verosimilitud del concurso. Por más que aspiren a ser naturales, los diálogos de la serie no pueden igualar los que animaron las pruebas de acceso del concurso ni la emoción ficticia puede hacerle sombra al torrencial lacrimal de David Bustamante. Trama plural repartida entre dos mundos: el de los profesores, de vuelta de todo, y el de los alumnos, cortados por un patrón de entusiasmo tópico que recorre un argumento que, al parecerse tanto al original en el que se inspira, no sorprende a los veteranos, aunque quizás enganche a los nuevos teleadictos. Entre los maestros, actores de fiar. Entre los alumnos, una desigual quinta de nuevos valores con algún diamante en bruto.

Para completar la noche del martes, el espacio semanal Abierto al anochecer se estrenó con un monográfico sobre malos tratos. Su presentador, Jordi González, aboga por el rigor y el respeto, pero, pese a sus esfuerzos, queda salpicado por las leyes de un género que se mueve en una peligrosa tierra de nadie donde se confunden la denuncia con el reciclaje de bajas pasiones, una tendencia muy anarrosaquintanesca que generará sucesivas oleadas de rentables desmentidos televisivos, radiofónicos y de papel cuché. Abrió la veda de la denuncia sobre malos tratos Antonia dell'Atte con otro testimonio anti-Lequio que habrá sido recibido con vítores en un planeta Marte que, una vez más, asiste a una emboscada terrícola contra sus consolidadas posiciones en el universo del share. Abierto al anochecer ha tirado con bala y, pese a su voluntad de practicar un sensacionalismo contenido, casi de diseño, tendrá que asumir las represalias de los marcianos. Aunque no descarten que Sardá los ignore para no darles publicidad y siga con sus cada vez más agrios combates dialécticos entre yoyas y cocouauas. Si entra al trapo, la guerra sucia está asegurada y, como suele ocurrir en estos casos, ganará el que menos escrúpulos tenga.

[La serie Un paso adelante tuvo una audiencia media de 3.876.000 espectadores (22,3%), y Abierto al anochecer congregó a 1.316.000 (17,4%) el pasado martes].

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