La inflación hace reaparecer la temida máquina de marcar precios
La maquinita de remarcar precios de productos reaparece en los comercios como el arma más temida por los argentinos. El fantasma de la endémica inflación que azotó al país durante 30 años y desembocó en tres picos de hiperinflación, con su secuela de estallidos sociales entre 1989 y 1990, hasta que en 1991 fue espantado atando el destino del peso al dólar por la Ley de Convertibilidad, vuelve a agitarse. En esos años, los supermercados estaban llenos de empleados que, provistos de una temida maquinita, cambiaban los precios casi por horas. Los clientes trataban de llegar a los productos antes que el remarcador, en una ceremonia absurda marcada por la inflación.
El temor profundo asoma en las airadas voces de los consumidores, que denuncian una ola de aumentos de entre el 10% y el 30% en productos como café, pan, vino, pescado, carne, incluido el pollo, y también en medicamentos.
La conversión a pesos de las deudas por créditos de hasta 100.000 dólares alivió la ansiedad, pero el Gobierno no logró satisfacer a todos. Se mantiene el corralito financiero que impone restricciones a la retirada de los depósitos bancarios y sólo se amplió de 1.000 a 1.500 pesos la cantidad mensual que puede extraerse en cuotas semanales. El viceministro de Economía, Jorge Todesca, explicó que 'todavía falta restablecer el sistema de liquidez financiero y el grado de confianza de la economía para producir gradualmente la apertura'. Los depósitos en dólares tampoco podrán retirarse en pesos a la nueva paridad de 1,40 por dólar, al menos 'por ahora'.
Petición a los supermercados
El presidente Eduardo Duhalde pidió a las organizaciones no gubernamentales que representan a los consumidores que colaboren en el control de precios y se reunió con las cámaras de supermercados para pedirles que se comprometan a no trasladar el 29% de la devaluación a los productos. Todesca aseguró que el Gobierno 'actuará con fuerza' para evitar subidas injustificadas y no descartó una 'campaña psicológica impulsada por sectores interesados en el fracaso del plan, molestos por la devaluación del peso'.
'Mantenemos todos los precios sin remarcar', decía un anuncio de la cadena de supermercados Disco. Debajo del titular, en dos líneas de caracteres pequeños, la empresa aclaraba: 'Nos comprometemos a no subir los precios durante el mes de enero'.
Duhalde ofreció a los economistas de la Unión Cívica Radical participar en la elaboración de los presupuestos, que serán enviado la semana próxima al Parlamento. El pacto no escrito entre peronistas y radicales funciona en los hechos. Otro radical, el ex ministro de Defensa Horacio Jaunarena, juró ayer como responsable de esa cartera tras consultar con su partido. En Educación, el presidente designó a Graciela Giannetasio, que ocupó un puesto similar en la provincia de Buenos Aires cuando Duhalde era gobernador.
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