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Desde los sucesos argentinos veo que empiezan a embestir las noticias de tipo económico. Este fin de semana nos sorprendía el titular de que el paro había subido por primera vez en España desde que el PP gobierna. Todo apunta, sea por la coyuntura internacional sea por razones propias, a que comienza un ciclo bajo para el gobierno de la derecha española. Alguna vez le tenía que llegar, a pesar de lo eficaces que se creen.

Lo que ocurre es que estas noticias no son buenas para nadie; perjudican principalmente a los asalariados y sus familias pero también marcan negativamente la creación y desarrollo de empresas e iniciativas productivas. Que la tasa de paro de un país aumente después de seis años de crecimiento negativo nos debe avisar de que el viento ha cambiado y se deben, por tanto, modificar algunos o bastantes de los instrumentos de gestión económica.

En Andalucía, donde afortunadamente, las cifras han sido positivas y el paro ha descendido, han hablado algunas voces reclamando algunas medidas que ayuden a recortar la diferencia de convergencia con Europa. Ahora que ya está plenamente vigente el euro vamos a ver con mucha más claridad las posiciones de cada una de las regiones respecto de la productividad, la riqueza y la capacidad adquisitiva. Ya no existen tipos de cambio ni cifras diferentes. Un euro es el mismo euro aquí y en Berlín pero no todos vamos a tener la misma cantidad de euros para comprar en el supermercado ni éste va a tener los mismos precios aquí o en Berlín. Una de esas voces que ha abierto el año económico ha sido la del presidente de la CEA, Álvarez Colunga, que reclama un cambio cultural a fin de propiciar una mayor capacidad emprendedora en Andalucía. Frente al paro y la brecha convergente, se reclama el incremento de empresarios y autónomos que den solidez a un tejido productivo. No vamos a estar en desacuerdo con esa afirmación. Mucho menos con esa otra opinión de Colunga que avisa de que en los premios Andalucía que entrega la Junta cada 28 de Febrero hay pocos empresarios y sí muchos toreros, cantantes y futbolistas. Esta vez lleva toda la razón el líder empresarial. Que conste en acta.