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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

La rara apuesta de Ibarretxe

2002: UN AÑO SIN ELECCIONES, PERO CON DUROS ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS

Soledad Gallego-Díaz

El año 2002 va a ser, en España, uno de los escasos periodos en los que no se celebran elecciones: ni generales, ni autonómicas (en ninguna de las 17 comunidades) ni municipales. Pero es muy posible que la tensión política este año sea equivalente a la que rodea a las grandes confrontaciones electorales, porque el creciente choque institucional en el País Vasco augura un largo periodo de fuertes tensiones.

Teóricamente, desde el punto de vista político, la atención estaría llamada a centrarse básicamente en cuatro capítulos: cómo evoluciona la situación económica, que ya tiene serios síntomas de desaceleración; quién se va dibujando en el Partido Popular como sucesor de José María Aznar; cuándo se lleva a cabo la remodelación del Gobierno que pide insistentemente un buen sector del PP, y cómo se consolida José Luis Rodríguez Zapatero, que ha prometido presentar en primavera algunos puntos de su programa electoral, entre ellos la reforma del IRPF, y que en estos 12 meses tiene que concretar su mensaje como seguro candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno en 2004.

El propio Xabier Arzalluz salió al paso y consideró que el Gobierno vasco tenía que dejar claro que la legalidad del concierto económico seguía vigente

Pero lo que más inquieta a la clase política, lo que de verdad preocupa en la dirección de los partidos políticos, es la tensión creciente en Euskadi. El año ha comenzado marcado por un duro enfrentamiento respecto a una de las instituciones vascas más decisivas y originales, el concierto económico, y tiene en la agenda otros posibles puntos de encontronazo, entre ellos un hipotético referéndum sobre el derecho a la autodeterminación, que sigue figurando entre los papeles de Juan José Ibarretxe.

La confrontación cada día más palpable entre el Gobierno vasco y el Gobierno de la nación provoca desasosiego en las bases de prácticamente todos los partidos democráticos vascos, incluidos los sectores más moderados del PNV.

Para algunos importantes militantes peneuvistas, la negociación llevada a cabo para la renovación del concierto económico ha sido extraña, según las palabras de un antiguo diputado. Consideran que era evidente que Aznar se iba a negar a negociar la presencia de Euskadi en las negociaciones de Bruselas y creen que fue 'una decisión muy complicada' poner el concierto en la picota por este motivo. El acuerdo fiscal con Euskadi es, a su juicio, el símbolo más importante de la foralidad vasca y fue recuperado a la muerte de Franco, en un momento histórico muy peculiar.

Muchos militantes del PNV piensan que el País Vasco terminará estando representado en las negociaciones de la Unión Europea por la propia dinámica de la UE, pero también que es poco probable que se pueda conseguir antes de que Aznar, al que consideran un presidente 'autoritario y poco dialogante', deje el Gobierno. Por eso, algunos de esos significados militantes moderados afirman que están 'sorprendidos' o 'desconcertados' por la estrategia de Ibarretxe, diseñada por el lehendakari junto con un pequeño grupo de personas. 'No entiendo adónde puede conducir este camino. No es coherente con un intento de aproximación con los socialistas y no tiene un sentido claro', comenta uno de ellos.

Según algunas fuentes, no confirmadas en la sede del PNV, el propio Xabier Arzalluz se mostró inquieto y consideró en un momento dado que el Gobierno vasco tenía que dejar claro que la legalidad del concierto seguía vigente.

A la búsqueda de un candidato

La estrategia que ha diseñado Ibarretxe para este año despierta inquietud en amplios sectores del PSE y en el PSOE de Madrid. La dimisión de Nicolás Redondo no ha causado ningún problema en una ejecutiva que no simpatizaba con él y le reprochaba falta de liderazgo y de fuerza, pero muchas voces internas han hecho llegar a Rodríguez Zapatero la necesidad de 'no cometer locuras' ni apoyar a nadie que represente un cambio radical.

'Rosa Díez, y su línea antinacionalista, no representa al conjunto del partido, pero menos aún Odón Elorza o el propio Jesús Eguiguren', afirma un buen conocedor del PSE. ¿Cómo conseguir un candidato que se aleje ostentosamente del PP y de Mayor Oreja, pero que tampoco dé la impresión de acomodarse a los nacionalistas?

El candidato del que más hablan en Ferraz, Patxi López, estaría alejado de ambos sectores. Es hijo de uno de los históricos del PSE y ha trabajado durante años como número dos de Rodolfo Ares. Se formó políticamente en la época del pacto con el PNV y mantiene una buena relación con Íñigo Urkullu, a veces empleada para mantener vías de comunicación con los nacionalistas. Tiene, sin embargo, poca experiencia en temas de política general y no está nada claro que hasta que se celebre el congreso, en abril, no le salgan serios competidores.

Patxi López.
Patxi López.

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