Capicúo

No sé por qué un año capicúo debe ser mejor o menos malo que el que se fue. Eso es lo que dicen los supersticiosos que son muchos por estas fechas. Habrá que creerles. Es como un año a mitad de legislatura y en el que si se siguen las tradiciones tendremos motivos para divertirnos. Desconozco si será cierto pero me cuentan que el presidente del Parlamento andaluz, Javier Torres, ha estado retirado de ejercicios espirituales para aguantar un año parlamentario que se espera tenso, duro, con el ratoncillo Pérez haciendo de las suyas. Le aconsejaría al presidente que se fuera en enero de vacaciones al Tíbet y hacer un cursillo acelerado de zen; lo va a necesitar. Aunque también podría irse a las Alpujarras, que no le va a la zaga. Va a ser un año marcado con el euro. Ayer hice mi primer pago, un libro de título Sobreviviré, sergunda parte de El diario de Bridget Jones. Sobrevivir a la cuesta de enero será doblemente duro pero no para quienes cerraron el ejercicio el pasado año con los bolsillos muy calientes gracias a la caridad del ex presidente de la Caja San Fernando López Benjumea. Como se dice vulgarmente, a algunos ex directivos de dicha caja no se los llevará el viento.

Conforme avanza el final del culebrón de las cajas sevillanas se empieza a entender algunas actitudes, o apoyos, por ejemplo, los del alcalde de Jerez, Pedro Pacheco. Con el tiempo se sabrán más cosas, una vez más le darán la razón a quien, teniendo informaciones privilegiadas, no quiso hacer uso de ellas, o sea, Magdalena Álvarez.

Lo que no ha hecho más que empezar, ya escrito en estas páginas, es el caso Acusur, que llamaría más bien caso Villegas. Jaume Matas tendrá que dar explicaciones porque las dadas por el presidente de los populares malagueños, Joaquín Ramírez, invitan a la carcajada. Decir que los socialistas pretenden detener el Plan Málaga suena a cachondeo o la mejor manera de escurrir el bulto en una cuestión nada baladí, pese al sospechoso silencio de algún medio informativo malagueño.

Acusur y la Confederación Hidrográfica del Sur, desde que llegó Villegas a la vicepresidencia, se convirtieron en una de las más poderosas maquinarias electorales a favor del PP. Y eso con los impuestos de todos los ciudadanos.