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Reportaje:

Serpentinas y policía en Times Square

Nueva York prepara el fin de año entre extraordinarias medidas de seguridad

Será una celebración empañada de tristeza. La tradicional bola de cristal que mañana marcará en Times Square el inicio del año nuevo llevará los nombres de los bomberos y policías que murieron en las labores de rescate en las Torres Gemelas. También el de los países, entre ellos España, que perdieron víctimas en los atentados. A las seis de la tarde, las campanas repicarán por toda la ciudad en memoria de los casi 3.000 desaparecidos. Y es que, pese a las ganas de fiesta, el miedo a un nuevo ataque deslucirá los festejos en Manhattan.

Las medidas de seguridad serán más mucho más impresionantes que las del inicio del milenio. Siete mil policías -el 20% del contingente total, unos centenares de ellos de paisano- estarán desplegados en Times Square. Algunos llevarán un artefacto del tamaño de un paquete de cigarillos que funciona con un par de pilas: son detectores de radiaciones prestados por los Servicios de Aduana. Las autoridades han asegurado que sólo es por precaución y no por una posible amenaza de atentado nuclear. Tiradores de élite estarán apostados en los tejados.

Algunos agentes llevarán detectores de radiaciones prestados por el Servicio de Aduanas

Se espera que más de medio millón de personas se hacinen tras las barreras policiales pese al frío y la larga espera. Todos deberán pasar por los detectores de metales instalados en los 16 puntos de acceso a la zona. Nadie podrá llevar mochilas o bolsos. No habrá papeleras y los buzones estarán sellados. No se podrá aparcar a lo largo y ancho de 15 calles para evitar posibles coches bomba.

Tampoco habrá alcohol. La policía tiene consignas estrictas de confiscar todo lo que pueda causar una intoxicación etílica, no sólo en los alrededores de la celebración, sino también en las terminales de autobuses y estaciones de tren y metro adonde lleguen los visitantes.

Debido en parte a estas medidas, muchos neoyorquinos han preferido quedarse en casa. Las calles de la ciudad están más vacías, y quizás un poco más sombrías, que el año pasado. Aun así, Times Square, que cada noche brilla con las luces de nuevas tiendas y nuevos edificios, deslumbrará a los que se atrevan a resistir el frío glaciar. Las enormes cifras del 2002 ya están en su sitio.

Rudolph Giuliani, en su último acto como alcalde, pulsará el botón que accione la caída de la bola de cristal. El nuevo año se iluminará y Michael Blooomberg, su sucesor, accederá oficialmente a su cargo. Tras ocho intensos años de mandato, Giuliani se despidió la semana pasada pidiendo transformar el nivel cero en un monumento a la memoria de los muertos.

En un discurso pronunciado en la capilla de San Pablo, situada a pocos metros de las Torres Gemelas y que escapó milagrosamente de los atentados sin un solo ventanal roto, el alcalde describió un memorial 'que pudiera ser visitado por millones de personas'. Bloomberg ya ha dicho que tiene una visión más 'mixta', que también incluye oficinas y apartamentos en un emplazamiento que ya alimenta la rapiña inmobiliaria. Pero eso será cuando terminen los trabajos de desescombro, que tardarán al menos hasta el verano.

La peregrinación ya ha empezado. Las verjas de San Pablo están cubiertas de fotos de víctimas, dibujos de niños y mensajes de afecto. Cada día, miles de personas se acercan al nivel cero por curiosidad, respeto, asombro o para comprar una de esas camisetas que se amontonan en los puestecitos callejeros con lemas como 'Osama, vivo o muerto' o 'Yo sobreviví al ataque'.

Desde ayer, los visitantes tienen una vista panorámica de las grúas y excavadoras que trabajan en ese enorme agujero donde antes se alzaban los dos colosos y sus 110 pisos. Giuliani inauguró el fin de semana una de las cuatro plataformas de madera, con una capacidad para 400 personas, con vistas directas al nivel cero. Aunque ya no hay tanto que ver. Las fachadas calcinadas de los edificios han sido retiradas y el fuego, que ardió durante meses, se apagó por fin hace unos días. Desde las plataformas, Giuliani dijo: 'Los norteamericanos podrán rezar y pensar en la historia de América', y, sin duda, también en el incierto futuro que les espera en el 2002.

Turistas y curiosos se arremolinan en torno a los restos de las Torres Gemelas.
Turistas y curiosos se arremolinan en torno a los restos de las Torres Gemelas.ASSOCIATED PRESS

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