'No estoy dispuesta a vender mi educación'
Diario de una universitaria que está acampada junto al Ayuntamiento de Sevilla en protesta contra la LOU
Marta López, estudiante de Periodismo y miembro del Comité de Huelga, cuenta los 10 primeros días de la acampada que mantienen en Sevilla casi 50 universitarios contra la LOU.
Día 1 - 19 de diciembre
Adán, Pablo y Pili están elaborando el calendario de actividades para mañana, cumpliendo con el turno de vigilancia hasta las cinco de la madrugada. Las tiendas están llenas ya de sueños y el tráfico ha dejado de contaminar con su ruido nuestras largas conversaciones. Nuestra vida en común ha nacido hoy al mediodía. El lugar, la hora y la estrategia a seguir estaban muy claros, así que no hicieron falta muchas palabras. Cocina, dos pasillos de tiendas de campaña, espacio para una mesa informativa permanente, un puesto de venta de camisetas, una sala de estudio, y la puerta del Ayuntamiento como salón, está fue la disposición de la que a partir de entonces se convertiría en nuestra gran morada.
Día 2 - 20 de diciembre
Hoy empieza todo. La conversación durante el primer desayuno no podía ser otra: la Ley se ratifica hoy en el Congreso. Mi misión, transmitir a los medios de comunicación la voz de mis compañeros. Entre llamada y llamada fui observando cómo iban llegando efectivos de la Policía Local y Nacional. Mis sospechas se ratificaron cuando vi la cara de Adán. Me acerqué a él e intentó explicarme lo que ocurría. El grupo socialista nos negaba el apoyo que, mediante pacto verbal, se nos prometió en su día. Se retiraba el apoyo logístico y se 'nos invitaba' a desalojar la acera. El caos se instauró sin pedirnos permiso. Yo llamé a medios de comunicación y al máximo número de compañeros posible, a fin de ejercer presión para evitar el desalojo. Veinte minutos fueron suficientes. Rodeados de policías y medios de comunicación, se desarrolló una asamblea de urgencia en la que se tomó la decisión de responder mediante resistencia pasiva a cualquier tipo de represión. No fue necesario, ya que en medio de la confusión, las furgonetas del Cuerpo Nacional de Policía se fueron yendo. Nadie se ha movido del campamento, ante la posibilidad de que la policía volviera.
Día 3 - 21 de diciembre
Tengo turno en una de las mesas informativas. Es en estas mesas donde los viandantes protagonizan los debates que dan vida a la acampada. Esta noche apenas he podido conciliar el sueño ante la dificultad de crear un discurso que convenciera a mi madre de la imperiosa necesidad que siento de quedarme aquí a pasar la Nochebuena, la primera sin mi padre cerca. En este momento en el que cualquier obstáculo sirve como revulsivo para seguir en pie no puedo irme y se lo tengo que hacer comprender.
Día 4 - 22 de diciembre
El desayuno de hoy ha tenido como música de fondo el repetitivo soniquete de los niños de San Ildefonso y el goteo constante de gente interesada en nuestras actividades durante toda la mañana ha culminado por la tarde en la compenetración con los viandantes que se han ido acercando al recital poético que comenzó a las 20.00.
Día 5 - 23 de diciembre
La lluvia lo ha barrido todo, incluso la más permanente de las sonrisas. El día de hoy ha sido el más duro de cuantos llevamos aquí. Tiendas inundadas, mantas y sacos empapados y un frío monstruoso reflejado en nuestras caras pero no así en nuestras manos, que no han parado de trabajar. Los padres y las hermanas de Lito, venidos desde Cádiz, y los compañeros de Izquierda Unida han trabajado codo con codo con nosotros en la reconstrucción del campamento. Sus palabras y gestos de ánimo me han permitido mantener la cabeza fría y evitar esta sensación de desazón que produce el tirar a la alcantarilla tantas horas de trabajo bien hecho.
Día 6 - 24 de diciembre
Hoy es Nochebuena, aunque nadie lo diría. Estamos tan enfrascados en nuestra labor diaria que no hemos tenido tiempo para reparar siquiera en que hoy puede ser una de las noches más duras. A las 21.00 comenzó el ágape, cuyo contenido, en su mayoría, había venido de la mano de familiares o de personas desconocidas. Entre brindis y brindis, la melodía de algún móvil traía la nostalgia a nuestro improvisado salón. Pero nada de llantos. No estaban permitidos y, además, no cabían en nuestras caras llenas de plenitud por lo que habíamos conseguido: que la acampada se mantuviera repleta de gente en una noche tradicionalmente inapropiada para anteponer tus intereses a los de los otros.
Día 7 - 25 de diciembre
Hoy el día se planteó como jornada de descanso, un receso necesario si no queríamos acampar la próxima semana en el hospital. La mañana transcurrió en la más completa calma, acorde con lo que se vivía fuera de la acampada. Cuando desperté, ya estaba todo recogido. Tras la comida familiar de rigor, el día transcurrió con la misma tranquilidad con la que dio comienzo.
Día 8 - 26 de diciembre
Álvaro me ha despertado con una grata noticia: el defensor del pueblo andaluz nos visita esta tarde para mostrarnos su apoyo. Me alegra que hayamos conseguido su apoyo, pero me entristece que, además de ser el único que lo haga, un simple paseo de este señor por las calles de nuestro campamento tenga más repercusión que ocho días de trabajo.
Día 9 - 27 de diciembre
Hoy no ha ocurrido nada especial, o mejor dicho, nada fuera de la normalidad, porque el hecho de estar viviendo con 65 personas en la calle las 24 horas del día ya resulta de por sí extraordinario para cualquier persona.
Día 10 - 28 de diciembre
Hoy, el día de los Santos Inocentes, le hemos dado la vuelta a nuestro discurso. Hoy estamos 'a favor de la LOU'. Una concentración con carteles alusivos a 'lo beneficiosa que resulta la Ley para la creación de universidades de élite' ha bastado para captar la atención de todos los viandantes.
Día 11 - 29 de diciembre
Esta tarde, intentando concentrarme en los apuntes, me he dado cuenta de lo que está suponiendo en mi vida dejarlo todo atrás y centrar mis esfuerzos en esta lucha. Estoy dispuesta a ceder ciertas cosas, pero no a vender mi educación, y la de los que vengan detrás. Por eso estoy aquí, durmiendo en el suelo, y seguiré, y estoy convencida de que los que me rodean también, el tiempo que haga falta.
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