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La Castellana crecerá 3,5 kilómetros con la nueva Operación Chamartín

La Operación Chamartín arranca 10 años después de su presentación con el doble de edificabilidad

La construcción de la denominada nueva Castellana (más de tres kilómetros de vías e infraestructuras nuevas que prolongarán el actual paseo hasta la M-40) contará con fondos públicos y costará 100.000 millones más de las cifras anunciadas hasta ahora (150.000 millones). Benigno Blanco, secretario de Estado de Infraestructuras; Luis Eduardo Cortés, vicepresidente regional, e Ignacio del Río, segundo teniente de alcalde, presentaron ayer un acuerdo que modifica sustancialmente una operación lanzada en 1993 para cubrir de edificios el mar de vías de la estación de Chamartín. Además de elevar a 250.000 millones el gasto previsto, el acuerdo incrementa la edificabilidad del 0,6 en vigor en la zona a un 1,05.

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Rascacielos en el nuevo norte de la capital

Los responsables de Urbanismo de las tres administraciones- Ministerio de Fomento, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid- comparecieron ayer conjuntamente para presentar el 'arranque' definitivo de la Operación Chamartín. Pero el escenario de datos y cifras que desglosaron Benigno Blanco, Ignacio del Río y Luis Eduardo Cortés tiene prácticamente sólo dos puntos en común con lo que se conocía hasta ahora de esa operación urbanística anunciada en 1993: el deseo de alargar 3,5 kilómetros el paseo de la Castellana, hasta alcanzar la M-40 aprovechando la radical remodelación que sufrirán las instalaciones de Renfe, y la construcción de una nueva estación.

Manteniendo esos dos puntos, el modo en que se va a desarrollar la extensión de la capital hacía el norte cambia radicalmente. Hasta ahora, estaba previsto un desembolso de 150.000 millones en infraestructuras. Dinero que tenía que aportar la empresa Desarrollo Urbanístico Chamartín (Duch). Esos fondos tenían que salir íntegramente de los beneficios (plusvalías) que generará la venta o alquiler de los miles de viviendas y oficinas que se construirán en la zona. Pero Duch, creada por Argentaria tras ganar esta entidad financiera el concurso convocado por Renfe para llevar a cabo la operación, lleva desde 1997 reclamando que las administraciones aporten dinero para la realización de las infraestructuras. Duch considera que la edificabilidad que fija el Plan General de Ordenación Urbana (0,6 metros cuadrados construidos sobre cada metro de suelo) es insuficiente para poder financiar toda la operación sólo con las plusvalías.

El rechazo general de las administraciones a poner dinero público y los recelos del Ayuntamiento a subir la edificabilidad bloquearon durante años el desarrollo de la operación. Pero Duch ha conseguido ahora que se acepten sus propuestas: habrá dinero público y subirá la edificabilidad de la zona.

Nuevos enlaces

Fomento, Ayuntamiento y Comunidad asumirán el coste de varias infraestructuras, como los nuevos enlaces del paseo de la Castellana con la M-30 (nudo norte) y M-40 (nudo supernorte), por un valor global de 49.600 millones. Desde ambos nudos se conectará con la N-VI y la N-I. Casi la mitad de esos 49.600 millones de pesetas (22.600 millones) tendrá como objetivo la prolongación del metro, probablamente extendiendo la actual línea 10. El nuevo nudo norte, situado entre los hospitales Ramón y Cajal y La Paz, tendrá dos niveles para la circulación y costará 11.100 millones.

El nudo supernorte será el cierre de la nueva Castellana y estará situado en la M-40 a la altura de Manoteras. La construcción de ese enlace será menos costosa al tratarse de una obra totalmente nueva (4.500 millones). En conjunto, el Proyecto Castellana, como denominó ayer el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, a la operación, tendrá un coste total de 250.000 millones de pesetas. Además de los 50.000 millones, en cifras redondas, que aportarán las administracciones, se han fijado unas cargas financieras de 35.000 millones, que se imputarán exclusivamente a Renfe para la construcción de la nueva estación. Esa empresa pública asumirá además, junto con el resto de los propietarios del suelo, el coste de otras infraestructuras por valor de 164.700 millones.

Todos los fondos -los que aportarán las administracciones y los de Renfe y otros propietarios- saldrán de las plusvalías que se obtengan con la venta de viviendas y oficinas. Razón por la cual se ha modificado un punto fundamental a la hora de definir el perfil que tendrá la capital en su extensión hacia el norte: la edificabilidad. El Ayuntamiento modificará el Plan General para que las construcciones en la zona alcancen 1,05 metros cuadrados sobre cada metro de suelo.

Ni Benigno Blanco ni Luis Eduardo Cortés ni Ignacio del Río concretaron la cifra exacta de viviendas y oficinas que tendrá la operación, pero aseguraron que será en torno a 20.000 viviendas y entre 10 y 15 rascacielos. En conjunto, el total de metros cuadrados edificables ascenderá a 3.276.691.

Uso residencial

Un máximo del 70% se destinará a uso residencial (viviendas) y un mínimo del 25% tendrá uso terciario. 'Pero ese mínimo del 25% podría ampliarse, según se desarrolle la operación, hasta el 65%. Del 3% al 4% se destinará a dotacional privado', apuntó Del Río. En números absolutos, el edil de Urbanismo cifró en dos millones de metros cuadrados los terrenos de uso residencial y en 900.000 metros cuadrados para oficinas y establecimientos comerciales. Unos 200.000 metros cuadrados, de los dos millones de residenciales, se destinarán a viviendas de precio protegido (VPO) y precio tasado (VPT). El Gobierno regional construirá el 50% de esas viviendas, y el Ayuntamiento, el 50% restante. Cortés cifró el total de esas viviendas públicas entre 1.800 y 2.300. Alrededor de 400.000 metros cuadrados -superficie equivalente a la mitad del parque del Retiro- serán zonas verdes.

El desbloqueo de la operación se ha producido justo seis meses después de que se incorporase como presidente de Duch Emilio Cebamanos, ex presidente de FCC y amigo personal de Luis Eduardo Cortés. Éste, además, asumió ayer la presidencia del consorcio creado en 1996 conjuntamente con Duch y Renfe para desarrollar la operación. La presidencia de ese organismo corresponde cada año, de manera rotatoria, a cada una de las administracciones. Antes de Semana Santa se unirá al Proyecto Castellana un nuevo consorcio, integrado sólo por las administraciones, cuyo objetivo será la gestión de las inversiones públicas.

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