'La estrategia en las cajas no nos ha salido bien'

Pasado el temporal de las cajas, Antonio Ortega (Jaén, 1955) reflexiona sobre este conflicto en el que ha tenido un papel relevante y polémico. Pese a ser miembro del Gobierno andaluz, el PA se inclinó por la opción contraria al PSOE en El Monte.

Pregunta. ¿Qué análisis hace del desenlace de la denominada guerra de las cajas de Sevilla?

He leído que el PSOE presionaba y apretaba, pero, sinceramente, no ha sido así

En la propuesta de Comisiones, Isidoro Beneroso era el presidente de El Monte

Respuesta. Ha sido un desenlace lógico que responde a una mayoría social en las asambleas generales. A mí me gustaría, y siempre lo hemos defendido, que hubiera habido menos enfrentamiento y más diálogo, pero está claro que esa no era la posición mayoritaria. Las cajas, indudablemente, tienen su importancia política, pero hay que hacer un esfuerzo por quitarlas de los focos. Una caja, al mismo tiempo que es muy fuerte, también es muy débil porque depende de la confianza de sus clientes.

P. Pero quieran o no, se han visto implicados en la guerra.

R. Implicados indirectamente porque nadie ha hablado menos de cajas que yo, y mucho menos en un sentido excluyente. Al final el control de las cajas lo van a tener esas mayorías estables que respalden a los presidentes y a los órganos directivos, pero obviando esos enfrentamientos, que dicen muy poco de la política y de los políticos en Andalucía.

P. ¿Por qué su partido se inclinó por la opción de Isidoro Beneroso y PP en El Monte, más la posibilidad de CC OO?

R. No, no nos inclinamos por esa opción. La prueba es que hubo un momento es que se nos pidió la firma para cerrar ese acuerdo y no firmamos porque no terminábamos de estar de acuerdo con el documento y porque mezclaba ambas cajas [El Monte y San Fernando] sin tener en cuenta la realidad de cada una. Tampoco lo hicimos cuando nos lo propuso el PSOE, porque siempre hemos creído que eso no se podía cerrar, que no podía ser que una parte le ganara a la otra. Evidentemente, nosotros decíamos que no se trata de quitarle la caja al PSOE para que la tenga el PP, ¡hasta hay podíamos llegar!, porque entonces no estamos haciendo nada. Se trata de que la caja responda a una mayoría social. Hay que trabajar en esa dirección y por eso el acuerdo del PSOE me parece bueno. Ha conseguido un respaldo social importante como son los trabajadores de El Monte y los de la Caja San Fernando, que para nosotros era vital en cualquier tipo de acuerdo.

P. Pero, el día decisivo de la negociación usted estaba en la sede de El Monte con el PP y con Isidoro Beneroso y a la espera de Comisiones Obreras.

R. Bueno, eso es lo que pasó pero no lo que ocurrió, no sé si voy a conseguir explicarme. A nosotros nos cita Comisiones y cierto es que allí nos encontramos con todos menos con Comisiones.

P. ¿No sabía usted que estaban allí el PP y Beneroso?

R. No, no, nosotros estábamos negociando con Comisiones un documento y ese documento yo se lo había trasladado a Beneroso. Y le había dicho: 'A nosotros nos interesa que éste sea un documento abierto para ver quién se puede sumar a este proyecto'. Pero bueno, la vida es como es y nos quedamos allí sin saber quién nos había invitado ni a qué habíamos ido.

P. ¿En esa propuesta el presidente era Beneroso?

R. En esa propuesta, en el papel de Comisiones, Isidoro era el presidente. Nosotros nos negamos a que se detallaran los órganos de gobierno.

P. ¿Se refiere a nombres?

R. Claro y porque también se nos pretendía traducir en esa propuesta qué tenía que pasar en Caja San Fernando.

P. ¿Qué ha pasado con Comisiones?

R. Ha faltado sinceridad. Lo que hizo Comisiones lo pudo haber hecho el PA un mes antes, y el PA no lo hizo porque fue fiel a su filosofía y no pensó en su beneficio.

P. En esa filosofía, la alternativa parecían ser Beneroso, PP y Comisiones. En definitiva todos menos el PSOE.

R. No, incluido el PSOE.

P. Pero usted sabía que el PSOE no iba a pasar por la candidatura de Beneroso.

R. Evidentemente, y si hubiera acuerdo de todas las fuerzas, pues estaba claro que Isidoro mismo hubiera visto que no podía impedir un acuerdo global para salvar El Monte. Y en algún momento de las muchas conversaciones que he tenido con mucha gente, incluido Beneroso, éste sabía que si había una pega, tenía que irse.

P. ¿Por qué no fructificaron las conversaciones con el PSOE?

R. Porque nadie entendió el espíritu que proponíamos. Nosotros decíamos: 'Vamos a llegar a un acuerdo en la Caja San Fernando, vamos a avanzar en los criterios generales de cómo deben funcionar las cajas, en una filosofía de cuál debe ser a medio plazo la fusión...' Y en todo eso, por lo visto, nadie tenía demasiado interés. El final de las conversaciones era: 'Pero quién va a ser el presidente'. Y claro, no queríamos sentarnos con ninguna premisa. Sabíamos que si el PSOE entraba en eso, Beneroso no iba a ser el presidente, pero había que tener una filosofía global de todas las cajas, sin excluir a Isidoro Beneroso de entrada. Yo no lo he excluido nunca porque creo que la gestión de El Monte es positiva. Otra cosa es que en un momento determinado Isidoro no fuera la alternativa que permitiera un acuerdo generalizado.

P. ¿En su partido ha habido posicionamientos diferentes sobre con quién se debía pactar?

R. Sí, sí, y es lógico en un organismo vivo. Pero no sobre con quién se debía pactar sino sobre cuál era la línea estratégica adecuada.

P. ¿Usted y Alejandro Rojas-Marcos han coincidido en la estrategia o han discrepado?

R. Yo he coincidido en que la mejor estrategia era no defender los planteamientos personalistas. A partir de ahí, lo que hubiera salido de esas conversaciones y de esos acuerdos. Desde luego, en ningún momento yo he querido un acuerdo personalista, que en todo caso habría sido con López Benjumea, que es con el que tengo una relación de amistad.

P. Más claro. ¿Rojas-Marcos apostaba por Beneroso y usted estaba en la tesis del pacto con el PSOE?

R. No, yo creo que era una tesis coincidente en cuanto a la estrategia, lo que pasa es que no nos ha salido bien. Prefiero creer que podíamos haber tenido una estrategia diferente.

P. ¿En qué sentido?

R. En haberlo planteado de otra manera que hubiera impedido que al final, en un enfrentamiento determinado, el PA apareciera como en un bocadillo. Pero lo creo ahora, a posteriori. Creo que había una tesis, que era acertada, pero lo que digo es que si esa tesis no ha dado resultado, no voy a seguir creyendo que era la más adecuada.

P. ¿Ha recibido algún mensaje del PSOE expresándole su malestar con el PA?

R. Tengo que reconocer que ha sido bastante elegante. Por mucho que he leído que el PSOE presionaba y apretaba, sincera y honestamente, no ha sido así. Lógicamente nos han hecho propuestas, porque además estaban en la obligación de hacérnosla. No nos hemos sentido presionados, y en esto tengo que reconocerle al PSOE una elegancia que es bueno que se reconozca públicamente. De hecho, en los últimos 15 días nos han respetado tanto que no nos han hecho ni propuestas (risas). Individualmente algún miembro del PSOE sí me ha dicho algo, pero otros no.