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Sensualidad y diversión en las playas de Cancún

Yucatán atrae el mayor número de turistas españoles a México

Silver, friend? ¿T-shirts, amigo?'. Cancún sigue siendo todavía México, pero durante las vacaciones de Navidad, primavera y verano, hordas de adolescentes de la costa este norteamericana ocupan las discotecas del centro, Playa Ballenas y otras del litoral caribeño, y aquello es Jauja. Concursos de chicas con camisetas mojadas, bailes de espuma, torneo de besos o gamberradas, traseros al aire: todo es sensualidad y juvenil desmadre. La ingesta de cerveza, tequila, margaritas, ron, cócteles dinamiteros o cualquier líquido susceptible de ser aceptado por el gañote es desbocada y motivo de competición.

El negocio del turismo obliga a la tolerancia y a la abnegación cuando la muchachada vomita en los pasillos y brinca en las habitaciones del hotel, perpetrando en Cancún barrabasadas difíciles de perpetrar en Estados Unidos. '¡Aquí, aquí, el lugar al que a tus padres no les gustaría que fueras!', animaba el voceador de un bar. No obstante, no debe cundir el pánico. Esos aquelarres son de carácter aislado, cómodamente evitables al desarrollarse en puntos determinados y no siempre broncos, y a veces son una atracción más. Las playas disponibles en Cancún, principal destino turístico de México con dos millones de visitantes anuales, son muchas, casi todas de arenas blancas y harinosas, y aquellas parejas o familias poco dispuestas a compartir la farra de los teenagers, aquellos viajeros abonados a la piña colada, al vermú con tequila reposado y a la tumbona, pueden vararse en remansos tranquilos y silenciosos, ajenos al bullicio y a la vida loca de Ricky Martin.

Las playas Langosta y Tortuga, por ejemplo, son de alta cotización. '¡Ay, qué bien me siento!', celebraba hablando sola, repantigada en la hamaca de una piscina, una matrona de Quebec. Sus cuatro amigas en biquini departían progresivamente eufóricas en las proximidades, adentrándose felices en la segunda fase de las cuatro que componen la melopea tradicional: esto es, la exaltación de la amistad. Una tercera echaba humo, boca arriba, boca abajo, a medio lado, desarmada en una camilla al aire libre por las manos de un nativo macizo que la masajeó a fondo por 48 euros (8.000 pesetas) la hora. El terapéutico magreo duró hora y media.

'Paquete lunamielero: tres noches, 2.532 pesos (aproximadamente, 306 euros; unas 51.000 pesetas), y siete noches, 5.425 pesos (656 euros; unas 109.000 pesetas). Desayuno americano diario. Botella de vino, platón de quesos, una cena romántica. Habitación de lujo vista al mar'. La hoja comercial detalla otras muchas excelencias para los recién casados. Cancún ofrece mucho, y, aunque algunos enclaves recuerdan el agobio de Benidorm en sus horas punta, no defrauda si las expectativas del visitante son razonables, y el dinero, suficiente. La cotización peseta-dólar-peso mexicano, de todas formas, encarece un poco las vacaciones si el cliente se sale del presupuesto comprometido con la agencia. Los hoteles manejados por las agencias solventes son generalmente buenos y prácticamente todos orientados hacia el mar.

La Riviera Maya

Un total de 253 días de sol al año, playas de aguas turquesas, a veces bravas; buenos hoteles y la Riviera Maya, que conduce a los vestigios de esta milenaria cultura, constituyen los ejes fundamentales de la propuesta turística. Los españoles, que ahora visitan la zona a razón de 100.000 al año, desembarcaron en Islas Mujeres en 1517. Allí encontraron estatuillas de mujeres, de ahí el nombre. Ésta está muy cerca, a 11 kilómetros de Cancún y tres euros (500 pesetas) en barco. Puede recorrer sus orillas, alquilar una moto para ahorrar tiempo, o adentrarse en la historia de la diosa maya Ixchel o en la del pirata de la cueva del ojo azul. Cancún, por otra parte, también quiere diversificar la oferta. Quiere ser el segundo corredor golfístico del país, con nuevos campos, y captar más turismo de aventura y de arqueología, según Ricardo Alvarado, gerente de Desarrollo del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

El buen yantar es otro aliciente. La comida mexicana, junto con la peruana, es la mejor de América Latina. Los huevos rancheros son francamente aconsejables para empezar bien el día. ¡Cuidado con el chile! Pica a rabiar, según la cantidad y su procedencia: habanero (el rey de los chiles), piquín, chipotle, jalapeño, serrano, poblano o güero. La propina varía entre el 10% y el 15% de la minuta de los restaurantes, que a veces la incluyen en la factura. Los espectáculos de charros, el rodeo, los campos de golf, el buceo, la pesca, la navegación, los delfines, las tortugas, el windsurf y las compras por modernos almacenes o tiendas de artesanía y regateo completan la oferta de una ciudad con 500.000 residentes permanentes y taxis caros: un mismo trayecto cuesta 0,42 euros (70 pesetas) en autobús urbano frente a cerca de seis euros (1.000 pesetas) en taxi.

Lo que se entiende por Cancún se concentra en el casco urbano, poco interesante, y en la zona hotelera, rodeada por una laguna y el mar: una isla de 22 kilómetros que concentra al grueso de los turistas en playas bañadas por el Caribe, unida a la península por dos puentes. Frente a la zona hotelera se ubican el Parque Marino Nacional, la costa occidental de Isla Mujeres, punta Cancún y punta Nizuc, de hermosos arrecifes. Alquilando un coche se puede llegar a aldeas donde se habla maya y poco español. Además, hay numerosos viajes organizados: es casi obligado reservar un par de días para visitar la Riviera Maya, un corredor de la península del Yucatán de 131 kilómetros entre Cancún y Tulum jalonado por bellezas naturales y arquitectónicas admirables. En un salto de avión, la principal isla de México: Cozumel.

El parque Xcaret (en maya, 'pequeña cala'), a 72 kilómetros de Cancún, fue desarrollado en el sitial de un antiguo puerto maya. Ruinas, maquetas a escala de las principales ciudades de la cultura originaria de México; ríos subterráneos, a seis metros bajo tierra, entre formaciones coralinas; islas de monos y jaguares, son platos muy apetecibles. Con un poco de suerte, puede toparse bajo el agua con el pez loro, el torito, un gobio de bridas o el boquinete, todos inofensivos. '¡Aprenda a bucear en dos horas!', proclaman los enganchadores de turistas de Aquaworld, el centro de buceo más grande de México.

Playa del Carmen no defrauda de elegirse bien el tramo y querer practicar buceo, hartarse de marisco fresco y comprar joyas. Compaginando naturaleza y mundo maya, Puerto Morelos, la reserva Tres Ríos, Aktun Cy Xel-há son paradas interesantes.

A 130 kilómetros al sur de Cancún está Tulum, al borde de un acantilado, el sitio arqueológico más visitado. Y un poco más lejos, hacia el centro de la península del Yucatán, los templos, columnas, cenotes y pirámides de Chichén Itzá. Casinos no hay, pero un grupo de empresarios los reclama, dando por supuesto que Cuba los habrá de legalizar en cualquier momento. 'Es necesario acabar con el mito [negativo] que se ha generado en torno a los casinos', pidió el diputado federal Jaime Mantecón. El presidente, Vicente Fox, propugna levantarlos para uso de los extranjeros. De las 48 islas del Caribe, 23 los tienen.

De todas formas, algunos profesionales consideran que la masificación del sector, con cerca de 21 millones de turistas al cierre del pasado año en todo México, es preocupante porque no se traduce en los ingresos deseables. Proponen, entre otras iniciativas, fomentar la convocatoria en Cancún de congresos y convenciones. El turista que viene a Cancún gasta un paquete de cuatro noches de 469 euros (78.035 pesetas), según datos de Miguel Torruco, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles. Ese mismo paquete en Jamaica puede llegar a costar unos 940 euros (156.400 pesetas); en Puerto Rico 1.548 euros (257.565 pesetas), y en Islas Vírgenes 2.156 euros (358.728 pesetas). 'Obviamente, estamos trayendo nosotros al súperturista, porque es que él va al súper a comprar sus cervezas, sus sándwiches, y se va al bar a la hora del happy hour'. La política de precios es una cosa, y otra, las maravillas naturales al alcance de tarifas todavía asequibles.Silver, friend? ¿T-shirts, amigo?'. Cancún sigue siendo todavía México, pero durante las vacaciones de Navidad, primavera y verano, hordas de adolescentes de la costa este norteamericana ocupan las discotecas del centro, Playa Ballenas y otras del litoral caribeño, y aquello es Jauja. Concursos de chicas con camisetas mojadas, bailes de espuma, torneo de besos o gamberradas, traseros al aire: todo es sensualidad y juvenil desmadre. La ingesta de cerveza, tequila, margaritas, ron, cócteles dinamiteros o cualquier líquido susceptible de ser aceptado por el gañote es desbocada y motivo de competición.

El negocio del turismo obliga a la tolerancia y a la abnegación cuando la muchachada vomita en los pasillos y brinca en las habitaciones del hotel, perpetrando en Cancún barrabasadas difíciles de perpetrar en Estados Unidos. '¡Aquí, aquí, el lugar al que a tus padres no les gustaría que fueras!', animaba el voceador de un bar. No obstante, no debe cundir el pánico. Esos aquelarres son de carácter aislado, cómodamente evitables al desarrollarse en puntos determinados y no siempre broncos, y a veces son una atracción más. Las playas disponibles en Cancún, principal destino turístico de México con dos millones de visitantes anuales, son muchas, casi todas de arenas blancas y harinosas, y aquellas parejas o familias poco dispuestas a compartir la farra de los teenagers, aquellos viajeros abonados a la piña colada, al vermú con tequila reposado y a la tumbona, pueden vararse en remansos tranquilos y silenciosos, ajenos al bullicio y a la vida loca de Ricky Martin.

Las playas Langosta y Tortuga, por ejemplo, son de alta cotización. '¡Ay, qué bien me siento!', celebraba hablando sola, repantigada en la hamaca de una piscina, una matrona de Quebec. Sus cuatro amigas en biquini departían progresivamente eufóricas en las proximidades, adentrándose felices en la segunda fase de las cuatro que componen la melopea tradicional: esto es, la exaltación de la amistad. Una tercera echaba humo, boca arriba, boca abajo, a medio lado, desarmada en una camilla al aire libre por las manos de un nativo macizo que la masajeó a fondo por 48 euros (8.000 pesetas) la hora. El terapéutico magreo duró hora y media.

'Paquete lunamielero: tres noches, 2.532 pesos (aproximadamente, 306 euros; unas 51.000 pesetas), y siete noches, 5.425 pesos (656 euros; unas 109.000 pesetas). Desayuno americano diario. Botella de vino, platón de quesos, una cena romántica. Habitación de lujo vista al mar'. La hoja comercial detalla otras muchas excelencias para los recién casados. Cancún ofrece mucho, y, aunque algunos enclaves recuerdan el agobio de Benidorm en sus horas punta, no defrauda si las expectativas del visitante son razonables, y el dinero, suficiente. La cotización peseta-dólar-peso mexicano, de todas formas, encarece un poco las vacaciones si el cliente se sale del presupuesto comprometido con la agencia. Los hoteles manejados por las agencias solventes son generalmente buenos y prácticamente todos orientados hacia el mar.

La Riviera Maya

Un total de 253 días de sol al año, playas de aguas turquesas, a veces bravas; buenos hoteles y la Riviera Maya, que conduce a los vestigios de esta milenaria cultura, constituyen los ejes fundamentales de la propuesta turística. Los españoles, que ahora visitan la zona a razón de 100.000 al año, desembarcaron en Islas Mujeres en 1517. Allí encontraron estatuillas de mujeres, de ahí el nombre. Ésta está muy cerca, a 11 kilómetros de Cancún y tres euros (500 pesetas) en barco. Puede recorrer sus orillas, alquilar una moto para ahorrar tiempo, o adentrarse en la historia de la diosa maya Ixchel o en la del pirata de la cueva del ojo azul. Cancún, por otra parte, también quiere diversificar la oferta. Quiere ser el segundo corredor golfístico del país, con nuevos campos, y captar más turismo de aventura y de arqueología, según Ricardo Alvarado, gerente de Desarrollo del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

El buen yantar es otro aliciente. La comida mexicana, junto con la peruana, es la mejor de América Latina. Los huevos rancheros son francamente aconsejables para empezar bien el día. ¡Cuidado con el chile! Pica a rabiar, según la cantidad y su procedencia: habanero (el rey de los chiles), piquín, chipotle, jalapeño, serrano, poblano o güero. La propina varía entre el 10% y el 15% de la minuta de los restaurantes, que a veces la incluyen en la factura. Los espectáculos de charros, el rodeo, los campos de golf, el buceo, la pesca, la navegación, los delfines, las tortugas, el windsurf y las compras por modernos almacenes o tiendas de artesanía y regateo completan la oferta de una ciudad con 500.000 residentes permanentes y taxis caros: un mismo trayecto cuesta 0,42 euros (70 pesetas) en autobús urbano frente a cerca de seis euros (1.000 pesetas) en taxi.

Lo que se entiende por Cancún se concentra en el casco urbano, poco interesante, y en la zona hotelera, rodeada por una laguna y el mar: una isla de 22 kilómetros que concentra al grueso de los turistas en playas bañadas por el Caribe, unida a la península por dos puentes. Frente a la zona hotelera se ubican el Parque Marino Nacional, la costa occidental de Isla Mujeres, punta Cancún y punta Nizuc, de hermosos arrecifes. Alquilando un coche se puede llegar a aldeas donde se habla maya y poco español. Además, hay numerosos viajes organizados: es casi obligado reservar un par de días para visitar la Riviera Maya, un corredor de la península del Yucatán de 131 kilómetros entre Cancún y Tulum jalonado por bellezas naturales y arquitectónicas admirables. En un salto de avión, la principal isla de México: Cozumel.

El parque Xcaret (en maya, 'pequeña cala'), a 72 kilómetros de Cancún, fue desarrollado en el sitial de un antiguo puerto maya. Ruinas, maquetas a escala de las principales ciudades de la cultura originaria de México; ríos subterráneos, a seis metros bajo tierra, entre formaciones coralinas; islas de monos y jaguares, son platos muy apetecibles. Con un poco de suerte, puede toparse bajo el agua con el pez loro, el torito, un gobio de bridas o el boquinete, todos inofensivos. '¡Aprenda a bucear en dos horas!', proclaman los enganchadores de turistas de Aquaworld, el centro de buceo más grande de México.

Playa del Carmen no defrauda de elegirse bien el tramo y querer practicar buceo, hartarse de marisco fresco y comprar joyas. Compaginando naturaleza y mundo maya, Puerto Morelos, la reserva Tres Ríos, Aktun Cy Xel-há son paradas interesantes.

A 130 kilómetros al sur de Cancún está Tulum, al borde de un acantilado, el sitio arqueológico más visitado. Y un poco más lejos, hacia el centro de la península del Yucatán, los templos, columnas, cenotes y pirámides de Chichén Itzá. Casinos no hay, pero un grupo de empresarios los reclama, dando por supuesto que Cuba los habrá de legalizar en cualquier momento. 'Es necesario acabar con el mito [negativo] que se ha generado en torno a los casinos', pidió el diputado federal Jaime Mantecón. El presidente, Vicente Fox, propugna levantarlos para uso de los extranjeros. De las 48 islas del Caribe, 23 los tienen.

De todas formas, algunos profesionales consideran que la masificación del sector, con cerca de 21 millones de turistas al cierre del pasado año en todo México, es preocupante porque no se traduce en los ingresos deseables. Proponen, entre otras iniciativas, fomentar la convocatoria en Cancún de congresos y convenciones. El turista que viene a Cancún gasta un paquete de cuatro noches de 469 euros (78.035 pesetas), según datos de Miguel Torruco, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles. Ese mismo paquete en Jamaica puede llegar a costar unos 940 euros (156.400 pesetas); en Puerto Rico 1.548 euros (257.565 pesetas), y en Islas Vírgenes 2.156 euros (358.728 pesetas). 'Obviamente, estamos trayendo nosotros al súperturista, porque es que él va al súper a comprar sus cervezas, sus sándwiches, y se va al bar a la hora del happy hour'. La política de precios es una cosa, y otra, las maravillas naturales al alcance de tarifas todavía asequibles.

Cancún recibe dos millones de turistas anuales y es el principal centro vacacional de México.
Cancún recibe dos millones de turistas anuales y es el principal centro vacacional de México.JOHN P. KELLY

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