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Reportaje:

Nupcias en terciopelo

Miles de granadinos salen a la calle para ver la boda de Estrella Morente y Javier Conde

Granada registró ayer uno de los índices más elevados de contaminación acústica en toda su historia. La culpa no la tuvieron esta vez los tubos de escape de las motos, ni la movida nocturna, ni mucho menos el tráfico. Los responsables fueron una cantaora granadina y un torero malagueño. Sólo ellos, con su presencia, consiguieron el grito unánime de miles de personas que los vitoreaban en el día de su boda.

Estrella Morente y Javier Conde contrajeron matrimonio ayer en la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, a donde acudieron varios miles de granadinos para ver la entrada y la salida de los novios y de los cerca de 700 invitados a la ceremonia. Desde horas antes de la boda, los alrededores de la iglesia comenzaron a llenarse de personas, en su mayoría mujeres jóvenes, a las que no les importaba tener que esperar en pie para obtener su recompensa: ver al torero y a la cantaora de cerca. Conde cumplió el sueño de más de una admiradora cuando, mientras esperaba a la novia, se acercó para saludar y dar la mano a la gente que se encontraba embutida entre las vallas de seguridad y otros miles de personas a sus espaldas. El centro de la ciudad quedó colapsado durante gran parte de la tarde, pues el matrimonio hizo el recorrido desde la iglesia hasta el Carmen de los Mártires (lugar donde se ofreció un aperitivo a los invitados) en un coche de caballos que los paseó por gran parte de las calles principales de Granada. Morente y Conde paladearon en esos momentos el cariño popular. Y la curiosidad popular, que de todo hubo.

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Una 'estrella' en la ciudad

Ausencias

La boda tuvo ausencias destacadas de personas que habían sido invitadas. Faltaron grandes estrellas del folclore, como Rocío Jurado, y compañeros del mundo taurino, como José Ortega Cano, El Litri, Rafa Camino o Jesulín de Ubrique. Pero si algo tuvo esta boda fue sabor torero, no sólo por la presencia de El Juli, El Cordobés, Pepín Liria, Óscar Higares o Enrique Ponce, sino por los detalles de los propios novios, en especial de Estrella. La hija de Enrique Morente, a su llegada a la iglesia y justo después de salir del coche, hizo un saludo torero a los asistentes, que levantó aún más aplausos, gritos y alagos lanzados a los cuatro vientos.

La cantaora del Albaicín, de 21 años, estuvo arropada ayer por su barrio en pleno. Sus más allegados asistieron a la ceremonia con las mejores galas y los que no recibieron la invitación o se perdió en el camino (dado el problema de coordinación en el envío de las tarjetas) no quisieron perderse la boda de la niña del Morente y se agolparon en la puerta de las Angustias.

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El casamiento acabó con una cena en el Hotel Alhambra Palace. Allí se reunieron, además de las amplias familias de ambos y de los compañeros de profesión de Conde, artistas de primera fila, pero sobre todo flamencos. Curro Albaicín asistió en compañía de la íntima amiga de Estrella y también cantaora, Marina Heredia. El grupo Lagartija Nick, Pastora Soler, Mariquilla, Carmen Linares, Juan de Juanes y la familia Habichuela estuvieron con Estrella Morente en este día que, como la tela de su traje, fue de terciopelo blanco para ella.

Los novios se suben en un coche de caballos en la puerta de la iglesia.
Los novios se suben en un coche de caballos en la puerta de la iglesia.MARÍA DE LA CRUZ

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