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Redondo y Camacho apelan a la unidad sindical y al consenso de la transición durante su investidura

'Ni nos domaron en el pasado, ni nos domarán, ni nos van a domesticar', sentenció ayer Marcelino Camacho, el fundador y líder de CC OO en la transición, en un acto de investidura doble como doctores honoris causa por la Universidad Politécnica de Valencia, que volvió a reunirlo con su homólogo al frente de UGT, Nicolás Redondo. Una ceremonia que se convirtió a todas luces en un homenaje, en sentido estricto, al papel realizado por ambas centrales en el periodo constituyente de la joven democracia española. Así lo certificó el jefe del Ejecutivo autonómico valenciano, el popular Eduardo Zaplana, quien mostró 'el profundo reconocimiento de la Generalitat valenciana' hacia las figuras de ambos 'por lo que han significado en la conquista de las libertades y la democracia' y destacó 'el papel de los sindicatos en la recuperación democrática de España, por encima, incluso, de los partidos'.

El reconocimiento al papel que ambos jugaron para que CC OO y UGT fueran factores clave de la estabilidad en la difícil etapa de la transición española sirvió para que Camacho, que fue apadrinado por un lúcido y realista Manuel Vázquez Montalbán, decidiera brindar un gesto al auditorio y apelara -frente a sus respectivos secretarios generales actuales, Feliciano Fidalgo, y el ugestista Cándido Méndez- a la 'unidad' sindical y a 'un congreso sindical constituyente por la unidad sindical en la libertad'. Una 'unidad', explicó, más necesaria hoy que nunca en un contexto internacional marcado por los atentados del 11-S y la guerra de Afganistán, y sembrado de incertidumbres en el plano nacional ante la inminente reforma universitaria de José María Aznar, que ha puesto a la Universidad española contra las cuerdas.

Redondo, que fue apadrinado por Jon Juaristi, planteó la necesidad de dotar de dimensión internacional la acción sindical y abogó por 'acciones concertadas de los sindicatos' tanto en el plano laboral, como en el social y el universitario. La controvertida Ley Orgánica de Universidades (LOU) fue, con diferencia, el marco que unió todas las intervenciones y declaraciones del nutrido grupo de dirigentes políticos y sindicales que participaron de esta comunión en aras del espíritu de 'consenso' que impregnó la redacción de la Constitución, al que también apeló Zaplana.

Los históricos dirigentes sindicales, Nicolás Redondo y Marcelino Camacho, ayer durante su investidura en la Politécnica de Valencia.
Los históricos dirigentes sindicales, Nicolás Redondo y Marcelino Camacho, ayer durante su investidura en la Politécnica de Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

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