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Un libro reúne los mejores monólogos surgidos desde el teléfono de Gila

La viuda del humorista presentó ayer el audiolibro 'Siempre Gila'

Editorial Aguilar presentó ayer en Barcelona Siempre Gila, un audiolibro en el que se reúne la selección de una treintena de monólogos y relatos realizados por Miguel Gila a lo largo de más de medio siglo dedicado al humor, desde las primeras colaboraciones en La Codorniz en 1942. María Dolores Cabo, su viuda, se encargó de la presentación de estas historias hilarantes protagonizadas por la guerra, la pobreza, la familia y el enemigo. Una recuperación del mejor humor de posguerra que marcó a varias generaciones.

'Yo, la verdad, no tenía muchas ganas de morirme, porque era un día de primavera y en la calle hacía un sol precioso, pero a pesar de que en mi horóscopo decía: 'Salud buena', como los médicos dijeron que no tenía solución, no tuve más remedio que morirme'. Así narraba Miguel Gila (Madrid, 1919 - Barcelona, 2001) en sus monólogos una de sus imaginadas y absurdas muertes, llegó a contar hasta cinco. La muerte que nunca podrá rememorar ante el público le llegó el pasado mes de julio y con ella se apagó medio siglo de humor acompañado por un teléfono. Historias que marcaron a varias generaciones de españoles, como decían ayer sus amigos en Barcelona en la presentación del libro Siempre Gila.

Editorial Aguilar recupera el particular e inteligente sentido del humor de Gila en una antología de sus mejores monólogos. Su viuda María Dolores Cabo presentó ayer este audiolibro -se edita acompañado con una casete con sus actuaciones en directo- rodeada de 'algunas de las personas que más quiso' su marido y a las que ha dedicado la obra, Joan Manuel Serrat, Pepe Rubianes o Pedro Ruiz. Cabo les agradeció permanecer junto a él 'hasta su último suspiro'. Precisamente Pedro Ruiz se ha encargado de escribir el prólogo en el que recuerda la figura de 'un maestro' y un punto de referencia imprescindible en el humor de posguerra. Siempre Gila se presenta ilustrado con las caricaturas que realizó el humorista e incluye las conversaciones teléfonicas en las que denunció la crueldad que rodea a todas las guerras.

Los textos recogidos en el libro provienen de los apuntes que Miguel Gila realizaba para preparar sus espectáculos. Además, se incluye tres relatos más apartados del humor, aunque cargados de la misma sensibilidad y surrealismo, como la historia del burro Pepón que descubre durante la guerra civil que 'no sabe de política, pero sabe llorar'.

Gila es recordado así desde su nacimiento, 'tenía que nacer un 12 de octubre, pero ese día no pude porque era fiesta nacional', hasta la llegada de la muerte. 'No se mueran nunca, porque después que te mueres ya ni puedes ir al teatro, ni jugar al dominó, ni veranear en una playa, ni ir a un baile, ni nada de nada', escribió Gila como consejo en uno de los monólogos. En todo este recorrido vital, el humorista pasa por la guerra, la pobreza, la política, y, como no, el teléfono.

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