Fariña se renueva

ESTA VEZ ha sido Bernardo, el hijo enólogo de Manuel Fariña, quien se ha puesto a la cabeza de la renovación en esta bodega que fue pionera en Toro cuando imperaba el granel fácil y los entendidillos menospreciaban sus tintos corpulentos. Luego llegaron bodegueros como Vega Sicilia, Pesquera, Mauro, Eguren, Sanz, Casas... a rescatar aquellos tintos. Bernardo Fariña ha conseguido, con cepas muy viejas y uvas seleccionadas, reelaborar el Gran Colegiata, a base de una maceración prolongada y el toque de roble nuevo. Así, donde antes había un rojo encendido hay hoy una profunda tonalidad violácea; donde el aroma frutal se agotaba en las moras silvestres, ahora se nutre de la savia mineral y el sonoro corazón de la madera; donde el gusto era suavemente goloso, ahora explota, súbito y cálido, con los taninos jugosos jugando al sabor frutalmente especiado. Claro que necesita un juego más sutil de barricas, una mayor elegancia en su final de boca, para estar en lo más alto.