Velocidad desbocada en la sierra norte
109 corredores participan en los 17 tramos del Rally de Madrid, que se disputa este fin de semana
El Mitshubishi Carisma Evolution V sale del aparcamiento muy despacio. Se planta en la carretera y su conductor, Ismael Franco, lo frena en seco. El copiloto, Marcos Martínez, hace una seña. El motor empieza a rugir. El piloto mete primera y el coche sale desbocado. De primera a segunda, se pasa de inmediato. En menos de diez segundos ha alcanzado los 160 kilómetros por hora. Sus 290 caballos lo han permitido junto con el turbocompresor y una mecánica precisa. La carretera se queda pequeña y las curvas se pasan casi a dos ruedas. Es la velocidad en estado puro. Ha comenzado una prueba más para esta pareja de conductores que este fin de semana disputan junto a 108 corredores el rally de Madrid por la sierra Norte.
La tracción a las cuatro ruedas del coche hace que la aceleración no pegue el famoso golpe en los riñones cuando entra el turbocompresor. La sensación de velocidad se nota porque los postes de la carretera y la señalización pasa en mínimas fracciones de segundo. El fuerte ruido del motor también acompaña. Para conducirlo hace falta ser un experto: controlar el embrague en las marchas cortas, como primera y segunda, y saber frenar en el momento preciso para no entrar demasiado rápido en una curva. Además hay que controlar la fuerza que se aplica al pedal del freno, ya que el vehículo carece de servofreno. El vehículo se ha quedado a 40 kilómetros a pesar de que la recta el velocímetro ha rozado los 150. Todo un récord, mientras la adrenalina fluye por las venas.
El cronómetro siempre aprieta en los rallies. El copiloto no deja de decirle cómo debe trazar las curvas y la dirección que tienen éstas. Así se puede oír en un corto trayecto frases como 'curva ocho a derecha', 'giro a la izquierda con rasante y curva uno'. Estas indican el grado de cierre que tiene el trazado. El truco está en que Marcos Martínez tiene que adelantarse tres tramos para que a Ismael le dé tiempo a preparar el vehículo.
Cuando el motor baja de revoluciones, el turbocompresor empieza a petardear repetidamente. Es tal su potencia que de noche se pueden ver llamaradas de la gasolina que sale por el tubo de escape sin quemarse. Igual ocurre con los frenos. Sufren tanta presión que sueltan chispas, en especial en recorridos de montaña. 'Miedo como tal no pasas nunca. Ahora, le tienes mucho respeto a la carretera porque sabes que vas a unas velocidades muy altas y que todo esto entraña un gran peligro. Eso sí, hay que tener una fe ciega en el piloto', explica Martín. Ismael Franco se inició en los rallies a los 18 años. Empezó en categorías inferiores (copa Seat Marbella y copa Citröen AX). Comparte su pasión por los rallies con su trabajo de ingeniero de telecomunicaciones.
Marcos Martínez ha estado metido en este mundo desde hace más de 15 años. Para ser copilato, hizo un curso de preparación. Lleva casi un año con Ismael. Trabaja como comercial de un concesionario de coches en San Blas. 'Conducir no me llama la atención. Prefiero ir aquí y sentir la emoción desde otro lado', asegura. La aspiración del equipo ahora es conseguir más triunfos y saltar del campeonato de España a pruebas europeas.
La afición a los rallies no resulta barata. El vehículo cuesta recién salido de fábrica 6,5 millones de pesetas. Después hay que añadirle todas las mejoras necesarias para competir. Como mínimo, 1.300 horas de taller especializado y recambios carísimos, según explica un mecánico del equipo Sacoa, que prepara el vehículo de Ismael. La carrocería, por ejemplo, es reforzada y soldada de nuevo para evitar que el coche se parta en una carrera. También se le incluyen arcos de seguridad para evitar que sus pilotos queden aplastados en caso de vuelco. Los asientos son especiales: fijan a los ocupantes a pesar de las velocidades y giros.
Todo resulta especial. El mantenimiento de un coche durante una temporada cuesta entre 15 y 20 millones de pesetas. Su consumo oscila entre los 60 y los 80 litros a los 100 kilómetros. Y además sus 290 caballos no se conforman con un combustible estándar. Utilizan gasolina muy refinada y especial de competición, que cuesta a 700 pesetas el litro.
Todo el dinero sale de los corredores y de algunas patrocinadoras. En el caso de Ismael, una aseguradora de coches y un equipo de competición.
166 kilómetros de carrera
Los 109 corredores que participan en el Rally de Madrid tomarán la salida hoy, a las 17.00, en el recinto ferial Juan Carlos I. Después se dirigirán a la sierra norte, donde cubrirán de noche los 17 tramos cronometrados de que consta la prueba. Esto supone 166 kilómetros de competición, con una duración prevista de 16 horas y 20 minutos, aunque los deportistas tendrán que cubrir 630 kilómetros debido a los traslados entre un punto y otro. Los corredores se dirigirán tras abandonar Ifema a Canencia, Madarquillos, Espartal, Patones y La Cabrera. Los corredores pasarán tres veces por cada tramo. La organización tiene previsto que los coches vuelvan a los recintos feriales a partir de las 9.20 de mañana, donde disputarán el último tramo cronometrado. La prueba cierra el Campeonato de rallies de España. Más información en (www.rallydemadrid.com).
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