Sólo el 32% de las firmas de telecomunicaciones que tienen licencia presta algún servicio
La industria de móviles calcula que este año venderá 10 millones de terminales menos que en 2000
Cuando van a cumplirse tres años de la liberalización de las telecomunicaciones, la competencia sigue encontrando serias dificultades. De las 255 licencias otorgadas a empresas para prestar algún tipo de servicio de telecomunicaciones, sólo el 32% de las compañías (81) han comenzado la prestación efectiva del servicio. Otro dato esclarecedor de la escasa concurrencia es que sólo 770.047 abonados realizan todas sus llamadas por compañías distintas a Telefónica. La crisis que vive el sector provocará que este año se vendan 10 millones menos de móviles que en 2000.
El fin del monopolio histórico de Telefónica en diciembre de 1998 motivó una proliferación de nuevas compañías de telecomunicaciones que se ofrecían como alternativa. Pero esa liberalización ha sido más teórica que real, como prueba el hecho de que de las 255 licencias otorgadas hasta octubre pasado por la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones -el organismo regulador- sólo el 32% ha comunicado el inicio del servicio. El número total de compañías con licencias se eleva a 197, ya que algunas acumulan más de un título habilitante para distintos servicios (móvil, fijo, etcétera).
Ese desajuste se produce en todo tipo de licencias. Así, de las del tipo A, las más sencillas, requeridas por las compañías que prestan servicio de telecomunicaciones fijas sin tener red propia, se han otorgado 46, pero sólo 18 han iniciado sus operaciones. Lo mismo ocurre con las del tipo C, que permiten el tendido de una red, puesto que sólo un 14,5% de ellas son efectivas. En cuanto a las de tipo B1 y B2, las más importantes, ya que habilitan para telefonía fija y móvil (Retevisión Jazztel, Uni2, Amena y otros), sólo operan un 65%.
Veinte cancelaciones
Además, un total de 20 titulares de licencia la han cancelado, aunque sólo 13 por renuncia expresa a la misma, puesto que el resto se trata de transformaciones de títulos. Según la ley, los titulares de una licencia asumen la obligación de poner en funcionamiento el servicio o la red que ampara su título en el plazo máximo de un año desde su otorgamiento.
Los nuevos operadores han centrado la instalación de sus líneas en el cliente empresarial, lo más rentable por su mayor consumo, por lo que la mayor parte de los abonados residenciales no puede prescindir de Telefónica y debe conformarse con contratar una parte de sus llamadas a través de otro operador, aunque la línea siga siendo del antiguo monopolio.
Esa posibilidad, amparada legalmente y denominada preselección, ha sido únicamente utilizada por 770.047 usuarios, en su modalidad global, es decir, incluyendo llamadas locales o metropolitanas, con datos del pasado 20 de noviembre. Esa cifra se eleva a 1,3 millones si se incluyen los 548.691 abonados que han preseleccionado sus llamadas de larga distancia (y de fijo a móvil), aunque siguen realizando las locales por Telefónica.
También se pueden considerar como liberados del antiguo monopolio los 660.000 abonados del cable, tanto de las compañías participadas por los socios de Auna como los de Ono, aunque estas compañías no cubren todo el territorio nacional.
En cualquier caso, una cantidad muy discreta si se compara con los más 13 millones de abonados de Telefónica y sus 20,6 millones de línea en servicio. No en vano, a finales de 2000, Telefónica seguía manteniendo el 89,3% del total del tráfico telefónico en España en minutos y el 89,7% de los ingresos.
Una pujanza que se sigue reflejando en los nuevos servicios, como la oferta de acceso a Internet por alta velocidad a través del ADSL. A fecha de hoy, hay 306.000 usuarios de ADSL, de los que más del 75% corresponden a Telefónica.
La crisis económica que vive el sector ha repercutido especialmente en la venta de terminales móviles, que ha caído drásticamente en lo que va de 2001 tras tres años de bonanza sin precedentes. En los nueve primeros meses, sólo se han vendido 5,7 millones de terminales, y se espera que se acabe el año con unas ventas de 7,1 millones, cifras que contrastan con los 17,8 millones que se vendieron en 2000, según los datos de la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica (Asimelec).
La principal causa de este descenso espectacular es la ralentización del número de nuevos abonados al móvil, pero, sobre todo, el cese de la política de los operadores (Telefónica Móviles, Vodafone y Amena) de subvencionar el precio de los terminales para captar clientes, según aseguró el director de Asimelec, José Pérez.
El inicio de la comercialización del GPRS estas navidades, que permite la navegación rápida por Internet, puede reactivar las ventas pero sin llegar a los niveles de hace años. Así, a los 17,8 millones vendidos en 2000 hay que sumar los 5,3 de 1998 y los 12,7 en 1999.
Este parque de móviles ha dado lugar a una ingente cantidad de residuos. Asimelec puso en marcha una campaña el pasado año que, hasta el momento, ha logrado reunir 37 toneladas de residuos (baterías, carcasas y circuitos). Otra campaña similar la está llevando a cabo la patronal Aniel.
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