Sigue bajando la asignación tributaria a la Iglesia respecto al resto de España
El 49,4% de las declaraciones en Álava marcan la casilla, frente al 37,5% en Guipúzcoa
La asignación económica a la Iglesia católica a través de la declaración del IRPF se sitúa en el País Vasco por debajo de la media española y la diferencia no hace sino aumentar desde 1987. El 40,7% de los contribuyentes de la comunidad autónoma marcaron en 1997 con una equis la casilla del impreso del IRPF que destina una parte de sus impuestos a obras sociales de la Iglesia, mientras que la media de toda España es cinco puntos superior.
Las diferencias son mucho más llamativas con la vecina Navarra. A pesar de que ambas comunidades tenían un 1987 un porcentaje casi idéntico (el 40,6% Euskadi y el 40,7% la Comunidad foral), en apenas diez años se ha abierto una brecha considerable: mientras el País Vasco se ha quedado en el 40,7% de las asignaciones a favor de la Iglesia, Navarra ha aumentado hasta el 65,9% de las declaraciones realizadas. Estos datos, procedentes de la Oficina de Estadística y Sociología de la Iglesia (OESI) y el Secretariado General de la Conferencia Episcopal Española, se recogen en el libro Régimen fiscal de las confesiones religiosas en España, del profesor de la Universidad Pública de Navarra Alejandro Torres Gutiérrez, que acaba de ser publicado. Álava, con una media del 49,2%, es el territorio de Euskadi con mayor número de declaraciones en favor de la Iglesia.
La estadística de la OESI permite comprobar que la media de asignaciones tributarias a favor de la Iglesia católica en Euskadi ha permanecido ligeramente por debajo de la media española a lo largo del periodo estudiado. En 1987 el 40,6% de los contribuyentes del País Vasco rellenaron la casilla asignada a favor de la Iglesia, mientras la media estatal era del 41,58%. En 1992, esos porcentajes eran del 41,9% y 44,2%, y en 1997, del 40,7% y 45,5%, respectivamente. En ese tiempo la Comunidad foral de Navarra se sitúa muy por encima de la media estatal, siendo actualmente la comunidad con mayor porcentaje de contribuyentes que asignan su cuota a la Iglesia católica. Así, en 1987 lo hicieron el 40,7% de los contribuyentes navarros, cifra que subió hasta el 55,4% en 1992 y al 65,9% del total de declaraciones en 1997.
El desglose territorial muestra que Guipúzcoa es el territorio con menor número de declarantes a favor de la Iglesia, una media del 36,5% en la década estudiada, mientras Vizcaya alcanza el 38,6% de declaraciones católicas. Aunque el autor del trabajo no ha podido recabar datos concretos de algunos ejercicios económicos, se constata que en Vizcaya el porcentaje de la asignación en favor de la Iglesia ha ido reduciéndose a lo largo del tiempo desde el 42,6% de 1988 al 34,7% de 1996 o al 35,3% de 1997.
En Guipúzcoa no se ha producido tal descenso lineal, sino que la media oscila a lo largo de la década estudiada desde el 39,4% de 1988, al 32,3% de 1992, para recuperarse hasta el 37,5% en 1997. Los datos de Álava son bastante más significativos. Nunca ha bajado del 45% de contribuyentes favorables a financiar las obras sociales de la Iglesia con sus impuestos. Por ejercicios, la evolución es del 45,2% en 1987, al 48,4% de 1991, hasta alcanzar el 52,3% en 1993 y descender al 49,4% en 1997. Navarra sigue la misma tónica que Álava, aunque en los últimos años la tendencia al alza se ha disparado espectacularmente a partir de 1993 hasta alcanzar el 65,94% de declaraciones a favor de la Iglesia en 1997.
En términos monetarios, la asignación a obras sociales de la Iglesia en Euskadi ha tenido un crecimiento permanente. En 1987 supuso 613 millones, frente a los 652 millones dedicados el mismo año al apartado de 'otros fines sociales'.
Asignación creciente
La asignación eclesial creció hasta los 926 millones en 1992 y los 1.550 millones en 1997. En Navarra, por el contrario, las cifras han ido disminuyendo en términos absolutos. En 1987 la asignación vía IRPF fue de 119 millones, frente a los 116 dedicados a otros fines. En 1997 la Iglesia sólo recibió 84,6 millones de pesetas.
En todos los territorios de Euskadi, al igual que en Navarra y en el resto de las provincias españolas, los ciudadanos que marcan su preferencia a favor de las obras sociales de la Iglesia suelen gozar de una posición económica superior a la media nacional. Así lo indica el hecho de que los porcentajes de recaudación efectiva han venido siendo superiores a los de las declaraciones a favor de la Iglesia, salvo alguna rara excepción. Esta desviación llega a ser del 12,6% en Vizcaya en el ejercicio de 1992.
Al analizar el resultado de la asignación tributaria por comunidades autónomas, el profesor Alejandro Torres descubre que no hay un paralelismo entre el color político de los partidos que las gobiernan y el comportamiento de sus ciudadanos respecto a la Iglesia católica. De modo que una comunidad gobernada siempre por el centro-derecha de CiU, como Cataluña, es la autonomía española con menor porcentaje de declarantes a favor de la Iglesia católica, con una media que no alcanza el 30% de los contribuyentes. Paradójicamente, son las diócesis catalanas las que gozan de mayores niveles de autofinanciación de toda España.
En Galicia, con casi permanentes gobiernos conservadores del PP, la media de cruces en el IRPF está por debajo de la media nacional, mientras que territorios tradicionalmente socialistas como Extremadura, Castilla-La Mancha o Andalucía superan ampliamente la media nacional de asignación a la Iglesia.
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