Iverson resucita a los Sixers
El Filadelfia, que contaba sus partidos por derrotas, brilla de nuevo en la NBA gracias al regreso de su escolta
'Somos mejores cuando estoy en la pista'. Lo dice Allen Iverson y lo dicen los números. Desde que la estrella de los Seventy Sixers de Filadelfia volvió a competir en la Liga norteamericana de baloncesto (NBA), tras ser operado del codo derecho, su equipo se mantiene invicto: seis partidos, seis victorias. Iverson no participó en los cinco primeros y todos concluyeron con derrotas.
Sin Iverson, el Filadelfia es un conjunto apañado. Con él, temible. El significado de la palabra estrella incluye esa acepción: la capacidad de modificar lo ordinario en extraordinario. Iverson cumple con creces el requisito aun sin estar en su mejor forma. 'En una escala de 1 a 10, Allen anda ahora por el 5', apunta su técnico, Larry Brown.
Su primer partido fue el pasado día 10, ante los Mavericks de Dallas. Así, pues, el escolta apenas lleva 14 días en la competición. Sin embargo, ya ha sido nombrado el mejor jugador de la pasada semana. Sus méritos: 26,3 puntos; 4,5 asistencias; 4,3 rebotes y 3,25 robos del balón por partido. En el último, ante los Pistons de Detroit, logró 38 tantos. En concreto, anotó 12 de sus 35 lanzamientos. Todos sus compañeros juntos únicamente buscaron la canasta seis veces más que él. Y eso que su porcentaje de acierto en el tiro todavía es paupérrimo: el 32% en los de dos puntos y el 13% en los de tres. El motivo de tan poco tino es que no está recuperado por completo de su lesión.
Iverson no puede doblar ni estirar su codo dañado. Fue sometido a una artroscopia el 25 de septiembre, pero aún no ha recobrado la plenitud. El doctor del Filadelfia, Jack McPhilemy, le comentó que su articulación está peor que durante los play-offs del curso pasado. Y es que Iverson, a pesar de los pesares, fue capaz de llevar a su equipo a la mismísima final y de ser nombrado el jugador más valioso de la fase regular.
La pregunta en Filadelfia es qué será capaz de hacer cuando se recupere. 'Sólo intento contribuir. Cada vez que salgo a la pista, quiero demostrar a mis compañeros que tengo la suficiente energía para volver al nivel de juego que mostramos en la campaña anterior', afirma.
En general, el Filadelfia tiene ahora mejor pinta: 'Nuestra química es mejor. Tenemos mejor equipo y mejores armas'. Así, Iverson confía más que antes en la capacidad anotadora de sus compañeros cuando él no pueda encestar. Ahí están el polémico Derrick Coleman, segundo máximo anotador del equipo, con más de 17 puntos de media, y Matt Harpring, con más de 13. Cuando la estrella sufre un dos o incluso un tres contra uno, las opciones son más claras que en el ejercicio precedente: un tiro exterior de Harpring o un movimiento en el poste de Coleman. En definitiva, el Filadelfia, con Iverson aún un poquito maltrecho, vuelve a aspirar a la cima.
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