Arde el cañón inglés
El Liverpool e Inglaterra deben a los goles de Owen cinco títulos y la clasificación mundialista
Aquéllos que insisten en que Maradona fue mejor que Pelé suelen argumentar que el gran mérito del argentino fue ganar una Copa del Mundo con una selección en la que sólo hubo un fuera de serie. Aquéllos que opinan que Michael Owen debería ganar el Balón de Oro este año a Raúl dirán algo parecido.
Raúl, como Pelé en su día, está rodeado de superestrellas. Owen es el único pura raza en un Liverpool, rival del Barcelona mañana en la Liga de Campeones, en el que predominan las mulas.
Está claro que si el Balón de Oro se otorgara al jugador que más ha logrado a lo largo de su carrera no habría tema de discusión. Raúl, con sus tres Ligas y dos Copas de Europa, ganaría por 5-0. Pero, como se trata de lo acontecido en 2001, el debate se vuelve más interesante.
Su capacidad resolutiva en los grandes partidos le convierte en serio aspirante al Balón de Oro
El Liverpool ha ganado cinco trofeos este año: la Copa de Liga inglesa, la Copa inglesa, la Copa de la UEFA, la Supercopa europea y la Supercopa inglesa (Charity Shield). Sin los goles de Owen, que todavía no ha cumplido los 22 años, habría ganado, como mucho, la Copa de la Liga. Aunque sea pura hipótesis por supuesto, se puede afirmar esto con bastante seguridad, dada la brutal sencillez del estilo de juego de este equipo.
No hay más estrategia que el contraataque. En el centro del campo la prioridad siempre es defenderse. Por eso los titulares indiscutibles, Gerrard, Murphy y Hamman, no son exactamente Picassos del fútbol, sino hombres altos y fuertes, cada uno de los cuales podría jugar de central, mientras que jugadores creativos de talante puramente ofensivo como el ex barcelonista Litmanen y el checo Berger calientan, cuando tienen suerte, el banquillo. Esto significa que las opciones de gol parten de pelotazos dirigidos a la zona ofensiva que ocupa El Llanero Solitario, Owen, cuya extraordinaria rápidez y demoledor instinto goleador -un tanto cada 75 minutos en lo que va de la Liga inglesa- se encargan de lo demás.
Cuanto más dificil es el rival, más se repliega el mediocampo, y la responsabilidad de salvar un resultado favorable recae sobre el joven delantero. Éste es uno de los grandes méritos del inglés. Sus actuaciones más contundentes se suelen ver en los partidos más complicados.
Contra el Roma en la Copa de la UEFA, en el estadio Olímpico romano, Owen anotó los únicos dos tantos de un encuentro en el que el campeón italiano fue claramente superior y tuvo muchas más oportunidades de marcar. Contra el Arsenal, en la final de la Copa inglesa, lo que hizo se consideraría fuera de un campo de fútbol un auténtico delito. El equipo londinense, que cuenta nada menos que con cinco candidatos al Balón de Oro, tuvo a los pesos pesados del Liverpool contra las cuerdas hasta el minuto 83. Pero, increíblemente, sólo marcó un gol. Entonces el peso ligero -Owen mide 1,72 metros- entró en la escena y robó la Copa al Arsenal con dos goles en cinco minutos.
En la Supercopa, contra el Bayern, que el Liverpool ganó por 3-2, Owen también marcó. Pero para los fans del Liverpool el partido más importante fue el que se disputó contra el Manchester, en Anfield, hace ocho días. Aunque el United no jugó un gran partido, tuvo la mayor posesión del balón. Pero el Liverpool ganó por 3-1 colocándose en primer puesto en la Premier League. Dos de los goles los marcó Owen.
Pero si Owen llega a ganar el Balón de Oro se lo deberá más que nada a un partido en el que no vistió los colores del Liverpool. Al más insolito, en lo que al resultado se refiere, que seguramente se haya disputado en todo el mundo a lo largo de 2001: la victoria por 1-5 de Inglaterra sobre Alemania en Múnich. Fue una cita crucial para clasificarse para el Campeonato del Mundo de Corea y Japón. Si no ganaba, Inglatera perdería toda posibilidad de quedar la primera en el grupo y obtener así la clasificación automática. Owen, con Oliver Kahn, otro candidato al Balón de Oro, como rival, anotó un hat-trick, hizo triplete.
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