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Entrevista:Louis de Bernières

'Me atrae el estilo barroco de los autores latinoamericanos'

El éxito de La mandolina del capitán Corelli ha renovado el interés en la bibliografía de su autor, el novelista británico Louis de Bernières. En España se reedita su primera novela La guerra de las partes pudendas de don Emmanuel y en el Reino Unido se prepara la versión cinematográfica de Dionio vivo y el señor de la Coca. Ambas forman parte de una trilogía sobre el abuso de poder en países ficticios pero claramente identificados con Latinoamérica. En su residencia campestre de Norfolk, al noreste de Inglaterra, De Bernières habla de su relación con la cultura hispana, con el cine y adelanta el contenido de su próximo trabajo, una historia ambientada en Turquía a principios del siglo XX.

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PREGUNTA. ¿A qué se debe su interés por América del Sur?

RESPUESTA. A raíz de una estancia de un año en Colombia, cuando tenía 18 años, no leo otra cosa que novelas latinoamericanas. Los ingleses leían entonces a Martin Amis, Julian Barnes o Salman Rushdie, pero yo me centraba en Alejo Carpentier, Isabel Allende, Mario Vargas Llosa y por supuesto García Márquez. Me atrae el estilo barroco, la exuberancia y alegría del lenguaje y, particularmente, el carácter poético de la obra de García Márquez. La novela angloamericana es demasiado simple, clara y sin complicaciones.

P. Poder y corrupción caen bajo el prisma de la trilogía.

R. Sí, me interesa el abuso de poder. En Don Emmanuel el foco está en el abuso del poder militar; en Señor Vivo, en el abuso del poder económico a través de los barones de la cocaína, y en The Troublesome Offspring of Cardinal Guzman, en el poder ideológico. Tratándose de Latinoamérica tuve que fijarme en la Iglesia católica, pero la novela no es un ataque contra la Iglesia, sino contra el fanatismo religioso.

P. ¿Tropieza con problemas al revisar la historia en claves ficticias?

R. Hay una línea que no se puede cruzar, pero el problema está en que no siempre sabes dónde está esa línea. Cada vez que publico un libro la gente me escribe proporcionándome información que necesitaba conocer antes y de nada me sirve en ese momento. Me sucedió particularmente con La mandolina del capitán Corelli. Me enviaron montones de datos que no pude utilizar porque la novela ya se había publicado.

P. Se cuestionó su retrato de la resistencia comunista griega. ¿Acepta las críticas?

R. Utilicé informes de las fuerzas aliadas que lucharon con la resistencia griega y donde se resalta el mal comportamiento de los comunistas. A pesar de las denuncias, mantengo la misma opinión. Eran estalinistas a los que no interesaba la democracia, sino la lucha de clases. Se enfrentaron a los alemanes, pero prioritariamente preparaban el inicio de la revolución. Mi visión no ha variado salvo que ahora acepto que los abusos se debieron a la falta de un poder centralizado.

P. ¿Le sorprendió que la polémica saltara cinco años después de publicar el libro, durante su adaptación cinematográfica?

R. La película influyó mucho, lo cual me parece un insulto. No comprendo por qué la gente piensa que un filme es más interesante que un libro. Los libros son infinitamente mejores, superiores. Aportan placer, permiten tomar rutas falsas, desarrollar personajes..., y una película no es más que una abreviación. El lector crea imágenes propias en su cabeza mientras que en las películas el intelecto queda al margen del proceso. No quiero escribir guiones ni ser famoso por ser el autor de la novela de la película.

P. ¿Siente presión por concluir su próxima novela?

R. Sí, pero la presión viene del éxito del libro, no de la película. Me lo tomo con calma ya que por primera vez tengo dinero y tiempo libre y, como es mi costumbre, sólo escribo cuando me siento inspirado. De todas formas es una novela difícil que requiere mucho trabajo de investigación. Se ambienta en Turquía, durante los primeros veinte años del siglo XX, con la I Guerra Mundial y el conflicto entre turcos y griegos de trasfondo histórico. Trata sobre tolerancia y reconciliación.

P. ¿El actual conflicto internacional afecta su trabajo?

R. En varios niveles. Hay, por una parte, muchos personajes musulmanes en el libro aunque ninguno es particularmente fanático. También me pregunto si merece la pena el esfuerzo. ¿Quién se interesará por otra novela cuando quizá haya una catástrofe terrible mañana? Y, por supuesto, me perturba pensar en el sufrimiento de la gente en Afganistán, en qué pasará si un país árabe toma el bombardeo como pretexto para invadir Israel, en la posibilidad de un ataque biológico, químico o nuclear. Me sobrecogen las mismas preocupaciones que teníamos durante la guerra fría.

P. ¿Cómo supera estos recelos?

R. Me siento como el miembro de una orquesta que sigue tocando cuando las bombas estallan a corta distancia. No debemos hundirnos, sino continuar porque, si no continuamos, perdemos la guerra.

Louis de Bernières
Louis de BernièresPETER SEARLE

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