Aznar justifica su ausencia en el funeral de Lidón 'por respeto a la familia y por seguridad'

El presidente del Gobierno, José María Aznar, justificó ayer su ausencia en el funeral del magistrado asesinado por ETA en Getxo, José María Lidón, por 'respetar el sentimiento y las decisiones de la familia' de la víctima y 'por razones estrictas de seguridad'. 'Cualquier otra interpretación me parece sencillamente miserable', añadió Aznar.

La Moncloa insistió ayer en que el presidente del Gobierno conoció, cuando se dirigía a Torrejón para tomar el avión a Bilbao, la última decisión de la familia de Lidón de que el funeral no tuviera rango institucional. Esta decisión conllevaba, según La Moncloa, un problema adicional de seguridad. En la primera cuestión incidió ayer el ministro de Exteriores, Josep Piqué, y en la segunda, en la seguridad, el ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, que salieron en respaldo de Aznar, tras la polémica suscitada por su ausencia en el funeral. 'La voluntad de la familia está por encima de cualquier consideración', dijo Piqué. 'Más que por la voluntad del propio presidente, se debió a las recomendaciones de los servicios de seguridad', dijo Lucas, porque 'iba a haber una muchedumbre en el funeral, no se había asignado los servicios de seguridad y el presidente no tenía un lugar concreto donde estar'.

En la polémica por la ausencia de Aznar en el funeral incidió ayer, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, al apuntar al protocolo como motivo: 'A los ciudadanos vascos que aman la libertad les hubiera gustado que Aznar hubiera estado presente en el funeral en la fila 1, 2, 3, 5 o 10. Hubiera dado lo mismo'. El portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, señaló, a su vez, que 'cuando se trata de apoyar a los familiares de las víctimas de ETA, el PSOE no cae en cuestiones de protocolo'.

El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, José Antonio Corredor, también lamentó la ausencia de Aznar al señalar la importancia que tiene para las víctimas la compañía en los funerales. 'Si la seguridad del presidente asegura que no debe ir si no se sitúa en un punto concreto de la Iglesia, respetamos la decisión. Pero por encima de la seguridad está acompañar a la familia' pues 'cuanta más compañía tenga una víctima y más reconocimiento institucional tenga, muchísimo mejor'.

En la cuestión del protocolo como explicación de la ausencia de Aznar en el funeral también incidió ayer Rosa María Lidón, hermana del magistrado asesinado por ETA. Según declaró a Catalunya Ràdio, el Gobierno exigió que 'Aznar se sentara en la primera fila de los bancos de la iglesia porque un presidente del Gobierno se sienta donde quiere'.

La Moncloa negó ayer que ésa fuera su pretensión. Pero las conversaciones con la familia Lidón las protagonizó el delegado del Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar, 'un hombre caracterizado por la escasa flexibilidad de su carácter', según señalaron ayer fuentes del Pacto Antiterrorista.

La Moncloa ha lamentado que se hubiera levantado una polémica que incide 'en cuestiones de menos importancia cuando lo que estaba en juego era el reconocimiento a una nueva víctima del terrorismo'.

En la jornada de ayer, el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, comunicó a su interlocutor socialista del Pacto Antiterrorista, Alfredo Pérez Rubalcaba, el malestar del Ejecutivo por este incidente. El secretario general del PP, Javier Arenas, tachó de 'miserable' a Caldera por 'no calibrar lo que es la seguridad del presidente' y, sobre todo, 'por no darse cuenta de la trascendencia de estos asuntos dentro del Pacto Antiterrorista'.