_
_
_
_
Entrevista:Yasmina Khadra

'En mis libros cuento la historia de la Argelia de ahora mismo'

Cuesta hacerse a la idea de que Yasmina Khadra es el ex comandante del Ejército argelino Mohamed Moulessehoul (Orán, 1955). Y resulta aún más extraño que, excepto su familia y amigos, casi todo el mundo le llama Yasmina. Es un hombre de innegable aire marcial, elegante, serio y lleno de humor al mismo tiempo.Su Trilogía de Argel, de la que se han publicado en España los dos primeros títulos, Morituri y Doble blanco (Zoela), han causado impacto en media Europa. Son novelas negras tan duras que incluso tuvo dificultades para publicarlas en Francia, pero ahora sus derechos de traducción han sido vendidos a media Europa: Alemania, Italia, Grecia, Turquía, Portugal, Suiza, Austria... Y su protagonista, el comisario Llob, ha entrado ya en el olimpo de los héroes o antihéroes del género negro.

Más información
Un puñetazo en el estómago

PREGUNTA. ¿Cómo se hizo militar?

RESPUESTA. Mi padre fue soldado. Me envió a la escuela de cadetes de El Mechuar para que recibiera instrucción castrense. Justo cuando yo nací había acabado la guerra con los franceses. Y éste fue el regalo que él quiso hacer a Argelia. Sólo que se olvidó de que aquel chico debía ser libre, que tenía un alma y una sensibilidad.

P. Ha estado 36 años en el Ejército, ¿cómo lo ha llevado?

R. Ha sido toda una vida. Acepté mi destino. Siempre cumplí como militar, con mucha conciencia, aunque paralelamente me construí otro mundo en la literatura. Me encerré en ella para guardar cierto equilibrio.

P. ¿Cómo se hizo escritor?

R. A los 11 años, cuando descubrí los primeros libros, quise ser como los autores que los habían escrito. Extrañamente, mi primer texto fue una traducción que hice del francés al árabe de Pulgarcito. Mi primera iniciativa como escritor fue cambiar el final del cuento: Pulgarcito se fue a los bosques, prefirió perderse a volver a casa. Quizá fue mi primera protesta contra el destino. Mi primer rechazo.

P. Quiso dejar el Ejército en dos ocasiones, pero no se lo permitieron hasta septiembre de 2000.

R. Siempre quise dejarlo. En 1986 había publicado ya tres libros, en Argelia y en Francia, y quería dedicarme exclusivamente a la literatura, pero la guerra hizo que fuera imposible. Hubiera sido un desertor.

P. Usted llama guerra a lo que pasa en Argelia.

R. Oficialmente es una crisis, pero yo lo considero una guerra. Cuando una sociedad es agredida, se ve amenazada permanentemente, cuando hay 200.000 muertos y un millón de víctimas, es una guerra, no una catástrofe natural.

P. En este panorama, escribió Morituri.

R. En 1994 estábamos celebrando en Argel el 50º aniversario de la Revolución. Todo el mundo estaba allí, el Ejército, políticos, periodistas, había también un grupo de boy scouts. Durante la ceremonia explotó una bomba. Cinco niños murieron y hubo decenas de heridos. Fue el choque de mi vida. Los chicos estaban allí y a los pocos minutos ya no estaban, habían volado. Me quedé muy confuso, durante días no supe lo que me pasaba. Yo estaba muy implicado contra la guerra, pero esto no lo pude soportar. Trabajaba, pero mi cabeza no estaba en su sitio. No podía dormir. Perdí la fe. Cuando salí de esta especie de depresión, ahí estaba Morituri. No recuerdo cómo la escribí.

P. Y la envió a Gallimard.

R. Sí, el primer manuscrito. Lo aceptaron, pero les pareció demasiado violento. En el verano del 95 hubo una serie de atentados en París y había un clima de miedo. Decidieron no correr el riesgo de publicarlo. Reescribí el libro, pero siguió pareciéndoles que había demasiada violencia. Lo sacó Éditions Baleine-Le Seuil. Lo divertido es que, en 1999, Gallimard compró los derechos de la trilogía para bolsillo.

P. La Argelia que usted y su comisario Llob describen es terrible: integrismo, terrorismo, corrupción, violencia, mafias... ¿Todo eso es cierto?

R. Sí. Cuento la historia de la Argelia de ahora mismo. Es un gran país, un pueblo que tiene fuerza y genio y una creatividad extraordinaria, el terrorismo es una farsa que se utiliza interesadamente. Esta guerra es una estrategia para sumergirnos en la miseria, la regresión, la decadencia y el oscurantismo.

P. ¿A quién interesa que continúe la violencia?

R. A los grandes grupos financieros que no quieren que se instale la democracia en Argelia.

P. Eso está muy presente en Morituri y en Doble blanco. En estas novelas, los culpables nunca pagan y en más de una ocasión el comisario Llob se toma la justicia por su mano.

R. Es que la justicia no existe. Hablar de justicia en Argelia es casi un sacrilegio. Es cierto que en mis novelas hay mucha violencia, yo no quiero la violencia, pero quiero mostrarla tal como es. El deber de un escritor es señalar los problemas sociales y políticos de su país.

P. Cuando dejó el Ejército se fue a México y ahora vive en Francia, pero sigue conservando el pasaporte argelino. ¿Puede volver a su país?

R. Sí, con precauciones. No podría vivir completamente alejado de Argelia, de mi familia, de mis amigos. Los necesito a ellos y a mi país para mantener el equilibrio.

P. ¿Se leen sus novelas en Argelia?

R. No se publican allí, pero se distribuyen. Y puedo decir que son muy solicitadas.

P. Y eso de que haya firmado los libros con el nombre de una mujer, de su esposa, ¿cómo ha sentado en Argelia?

R. Cuando se supo fue una pequeña revolución. No es concebible en Argelia que un hombre se haga pasar por una mujer. Mi esposa y mi familia y mis amigos me llaman Mohamed, pero mucha gente me llama Yasmina. Al final seré una drag queen . Cuando me preguntan, siempre digo que mi nombre es monsieur Yasmina Khadra.

P. Usted bromea y se ríe, pero adoptar el nombre de su esposa, dejar el Ejército, dedicarse sólo a la literatura, irse de Argelia ha debido ser difícil..

R. Sí, claro que sí. Cuento esta evolución en El escritor [Alianza]. También hablo en él de la función que deben desempeñar los escritores, de mi país, de la violencia integrista..., pero no desde un enfoque narrativo, sino desde la reflexión.

El escritor y militar argelino Mohamed Moulessehoul, que firma como Yasmina Khadra.
El escritor y militar argelino Mohamed Moulessehoul, que firma como Yasmina Khadra.PACO GARCÍA PAREDES

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_