Hallados dos cadáveres en avanzado estado de putrefacción en un cobertizo de Fuenlabrada
La policía cree que la pareja murió por sobredosis de droga o asfixiada por monóxido
El dueño de un cobertizo abandonado en la zona sur de Fuenlabrada encontró ayer en su interior los cadáveres de dos personas -un hombre y una mujer- en avanzado estado de descomposición. Los cuerpos estaban tendidos boca abajo y sin signos externos de violencia, según informó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía. Éste señaló como causa más probable de las muertes una intoxicación por monóxido de carbono, procedente de una estufa cercana. La policía también investiga si la pareja falleció como consecuencia de una sobredosis de droga.
El macabro descubrimiento se produjo alrededor de las once de la mañana en un cobertizo abandonado que se encuentra al final de la calle de Hinojosa del Duque, en el polígono industrial Sevilla, de Fuenlabrada, cuando el propietario de la finca acudió a dar una vuelta por allí. La parcela, de unos 400 metros cuadrados de extensión, está aislada y a unos 25 metros de las naves más próximas. Es un paraje solitario, apenas transitado, rodeado de campos sin cultivar. A unos 400 metros de distancia discurre la autovía M-50.
En el corral principal había dos camiones y un turismo aparcados. La sorpresa llegó cuando el dueño se adentró en uno de los sotechados y encontró a la pareja tumbada en el suelo, boca abajo. El propietario corrió hasta un bar cercano al polígono, desde donde avisó a la comisaría de policía de Fuenlabrada. Los agentes encargados de la investigación requirieron a un médico del Insalud para que certificara las muertes.
La UVI móvil con sede en Alcorcón se desplazó entonces hasta el lugar. Las víctimas despedían un fortísimo olor fétido y estaban en un avanzado estado de descomposición. El dueño del corral comentó a los agentes que desde hacía dos años no acudía al corral, ya que no desarrollaba ninguna actividad en él. El propietario se negó a hablar con los periodistas.
Momificados
Fuentes de la investigación señalaron que las víctimas estaban tumbadas boca abajo y parcialmente desnudas. Tenían además parte del tronco quemado. El largo tiempo que supuestamente ha transcurrido desde la muerte ha motivado que los cadáveres estuvieran en parte momificados, según las citadas fuentes. La ausencia de signos externos de violencia han descartado, al menos en principio, que estas dos personas fueran asesinadas y trasladadas posteriormente hasta el corral fuenlabreño.
Los dueños de las naves limítrofes al corral explicaron que, hace un año, una pareja ocupó el interior del corral. Sus salidas eran poco frecuentes. 'De vez en cuando iban a un bar cercano a tomar café, pero no solían dejarse ver por la zona. Después, durante un tiempo, no aparecieron más y nadie les echó en falta', señaló un comerciante de la zona.
La juez de guardia de Fuenlabrada ordenó el levantamiento de los cadáveres y su posterior trasladado al tanatorio de Leganés, donde hoy está previsto que se les practique la autopsia. Los investigadores esperan el informe forense para determinar las causas de las muertes. En un principio se barajó como hipótesis más probable una sobredosis de droga, pero un estudio posterior de las víctimas determinó provisionalmente que las víctimas pudieron perecer por inhalación de monóxido de carbono. La existencia de una estufa, cercana a las víctimas, apoya esta hipótesis.
Los agentes de la comisaría de Fuenlabrada no facilitaron la identidad de los fallecidos. Los policías encontraron junto a uno de los dos cadáveres un pasaporte en vigor, expedido a nombre de un vecino de Parla nacido en diciembre de 1964. Pero la policía no quiso facilitar su filiación hasta que haya comprobado que la identidad que consta en ese documento corresponde realmente al hombre hallado sin vida en el cobertizo. El individuo cuyo nombre figura en el pasaporte tiene numerosos antecedentes por robos con fuerza y está reclamado judicialmente. Los investigadores cuentan con menos pistas en el caso de la mujer fallecida.
La Policía Científica intentó obtener una reseña necrodactilar de la pareja, pero la descomposición que sufren los cadáveres hace casi imposible extraer sus huellas dactilares.
Otra línea de investigación que sigue la policía es cotejar las denuncias por desapariciones de los últimos años que correspondan con las características físicas y edad de las víctimas, según fuentes policiales.
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