Homenaje a Ernest Lluch en el primer aniversario de su asesinato

'Más que lamentar tu ausencia celebramos tu vida', escribió en junio el sociólogo Salvador Giner con motivo de uno de los primeros homenajes a Ernest Lluch. La frase figura en la carta abierta con que la revista L'Avenç abre el dossier que ha dedicado al ex ministro socialista en ocasión del primer aniversario de su asesinato. El director de la publicación, Josep Maria Muñoz, dijo que esa era la intención del dossier: celebrar la vida y, añadió, luchar contra el olvido reavivando el recuerdo. La presentación de este número de la revista se convirtió ayer, como era previsible, en un homenaje a Lluch.

La presentación se llevó a cabo en la galería de arte de la Sala Gaspar, en la plaza de Letamendi. Y fue así, aunque el local se quedó pequeño, porque, como explicó Joan Gaspart, Lluch tenía por costumbre visitar la sala 'cuando iba o venía de la redacción de L'Avenç'. En el acto, al que asistieron el presidente del Parlament, Joan Rigol; el primer secretario del PSC, José Montilla, y representaciones de los demás partidos, pero que no fue concebido como un acto político, intervino también la periodista Gemma Nierga, quien aprovechó la ocasión para explicar de dónde le vino el impulso para reclamar diálogo a los dirigentes políticos que encabezaban la gran manifestación ciudadana del 23 de noviembre de 2000 en el centro de Barcelona dos días después del asesinato. Aquello del 'ustedes que pueden, dialoguen', dirigido a los principales dirigentes del país. 'Dije aquello porque Lluch cultivaba a la gente con quien trataba, y yo, desde su muerte, me pregunto a menudo qué diría Ernest ante determinadas circunstancias. Por eso lo dije'.

Joaquim Nadal, portavoz del PSC en el Parlament e historiador, glosó la figura de Lluch ante una audiencia en la que se contaban, además de los familiares de éste, muchos de sus amigos y colaboradores. Fue inevitable que leyera unos párrafos del artículo de Josep Fontana en este dossier de L'Avenç. 'No me importa ser políticamente inoportuno, pero no puedo dejar de expresar mi convicción de que de la muerte de Lluch también fueron culpables, en una u otra medida, todos los que se han negado al diálogo, de una parte y de la otra'.