'Los hombres son un poco raros, ¿no?'

Tiene 39 años y es pura risa cuando habla. En su despacho, pintado de limón rabioso, ha puesto cuadros, libros y un 'bonsai descontrolado'. Se considera 'bastante transparente' y dice tener gran capacidad de trabajo y acusado sentido del deber. Le gusta leer, viajar y estar con su familia. Apenas sale: 'Soy un poco sosona', dice.

Pregunta. ¿Es usted la sonrisa de Ferraz?

Respuesta. No, hombre: hay mucha gente que sonríe aquí, afortunadamente.

P. El grupo Nueva Vía nació en su apartamento, desayunando café y cruasanes con Zapatero. Les cundió la bollería.

R. Muchísimo, muchísimo. Estaba todo estupendo. Y la verdad es que lo pasamos muy bien.

P. Tras cambiar el PSOE, ¿qué menú pondría para ganar las elecciones?

R. Haría mi especialidad. Un buen gazpachito y un buen pollo con salsa de ciruela.

P. ¿Se deshincha la nueva Ejecutiva?

R. ¡Qué va! Si tenemos más fuelle que nunca. Vamos a dar una gran sorpresa.

P. ¿Cuándo?

R. Cuando toque la hora, que es cuando toquen las elecciones.

P. ¿Se chafa el viaje de Zapatero a Marruecos? ¿De quién es la culpa de la situación?

R. En una situación de estas características la culpa no es sólo achacable a una parte. El viaje de Zapatero espero que no se chafe. Sólo estamos esperando que sea valorado como una oportunidad para provocar un mejor acercamiento entre España y Marruecos.

P. ¿Qué le ha enseñado Felipe González?

R. Mucho. Sobre todo, política internacional. Me ha enseñado a tener sentido de Estado y a responder ante situaciones críticas.

P. ¿Cómo se vería de ministra de Exteriores?

R. Creo que tengo suficiente experiencia para afrontar una responsabilidad de esas características. Pero tampoco lo convierto en un objetivo. Quiero estar donde pueda ser más útil.

P. ¿Qué responde a quienes dicen que es algo superficial?

R. Que me tienen que conocer un poquito mejor. Yo me siento todo lo contrario [ríe]: a veces, demasiado profunda.

P. ¿Por qué los socialistas apoyan la guerra?

R. Lo que los socialistas apoyamos es una coalición internacional para luchar contra el terrorismo global, que es una amenaza muy fuerte.

P. Intente embridar la pasión. ¿Zapatero es el más grande?

R. Es un hombre de una enorme sensibilidad política, de una enorme inteligencia y con una gran capacidad para llevar a cabo grandes proyectos.

P. ¿Cuánto tardará en salvar a España?

R. Me atrevería a afirmar que ganará las próximas elecciones.

P. Queda mucho con Piqué. ¿Hay algo entre ustedes?

R. He cenado con él tres veces. Y hablo por teléfono. Entre nosotros lo único que hay, al menos por mi parte, es intentar satisfacer el interés general de mi país, que es lo único que me importa cuando hago política.

P. ¿Él le habla en catalán en la intimidad?

R. No sé si lo habla en la intimidad, pero, desde luego, no en mi intimidad [risas].

P. ¿A usted le perdonan la sonrisa y el golpe de melena?

R. Al principio puede provocar quizá un comentario superficial. Pero basta con que nos tratemos para que este estereotipo desaparezca.

P. Afirma no tener pareja estable. ¿El patio está difícil?

R. A medida que van pasando los años, todos nos volvemos más exigentes. Y no es tan fácil buscar una pareja con la que compartir tu vida.

P. ¿Ellos están raritos?

R. A mí me da la impresión de que los hombres son un poco raros, ¿no?

P. ¿Incluso los políticos de su partido?

R. Más los políticos de mi partido [risas].

P. Y del Gobierno, ¿se queda con los nuevos reflejos caoba de Aznar o con la melena contenida de Pío Cabanillas?

R. No me emociona ninguna de las dos melenas. Pero, puestos a elegir, creo que con la de Pío Cabanillas.

P. ¿Cómo se ve dentro de unos años?

R. Me gustaría seguir siendo feliz. Es realmente a lo único que aspiro.