El Athletic se da un gustazo
El equipo rojiblanco se aprovecha de la endeblez del Alavés
Algo debe pasar en San Mamés con el Alavés que explique por qué siendo, en teoría mejor, pierde siempre. Por qué el mejor central marcador de la Liga, Öscar Téllez, concede tantas facilidades a Urzaiz y pierde en media hora más balones que en todo el campeonato. Por qué jugadores como Jordi Cruyff, Magno o Pablo desaparecen, se pierden, se ocultan y parecen medianías puestas en un compromiso insuperable.
¿Mala suerte?, ¿costumbre? Quizás. Porque lo cierto es que el Athletic jugaba como antiguamente, con poca transición y mucho ímpetu. A la vista de los resultados, Heynckes ha aparcado su manual de estilo y su alineación ideal. Ahora mismo, el Athletic es un híbrido entre lo que quería ser y lo que puede ser. Y Heynckes, visto lo visto en partidos anteriores, tiró por la calle del medio: sacrificó a Carlos García y Joseba Etxeberria, dos jugadores sagrados, y rescató a Larrainzar como central (como en los viejos tiempos) y al olvidado Ezquerro en lugar del delantero internacional.
ATHLETIC 2| ALAVÉS 1
Athletic: Lafuente; Felipe, Larrainzar, Vales, Larrazabal; Urrutia (Javi González, m. 37), Alkiza; Tiko, Ezquerro (Carlos García, m. 63), Yeste; y Urzaiz (Etxeberria, m. 80). Alavés: Herrera; Geli, Karmona, Téllez (Iván Alonso, m. 90), Llorens; Jordi Cruyff, Astudillo, Pablo, Ibón Begoña (Vucko, m. 45); Magno (Witschge, m. 76) y Rubén Navarro Goles: 1-0. M. 17. Urrutia abre el juego para Tiko que recorta a Llorens y Cruyff y marca con la izquierda. 2-0. M. 23. Yeste asiste a Ezquerro que centra desde la derecha y Urzaiz bate a Herrera de cabezazo picado. 2-1. M. 57. Disparo de Rubén Navarro al travesaño y Mago cabecea a la red. Árbitro: Pérez Pérez. Expulsó en el m. 54 a Felipe por doble amonestación y mostró tarjetas amarillas a Larrazabal, Magno, Urrutia, Yeste, Ibon Begoña, Karmona, Pablo, Óscar Vales, Tiko y Óscar Vales. Unos 33.000 espectadores en San Mamés.
El Alavés era lo de siempre en San Mamés, un colectivo atribulado, como devorado por las urgencias de la rivalidad. El Athletic un experimento basado en el temperamento, no siempre racional, de Tiko, la zurda ocasional de Yeste y los detalles habituales de Urzaiz. Con eso, con tan pocos argumentos, pero una fe inquebrantable, el Athletic obtuvo dos goles a mitades iguales entre su ingenio y la debilidad defensiva del Alavés. Tiko marcó con la zurda y Urzaiz, solo, entre los dos centrales. Dos noticias que decían lo suficiente de la endeblez del Alavés y de la imprevisibilidad del Athletic en su desaforada carrera por lograr la primera victoria en San Mamés.
Y en esto llegó el árbitro y decidió intervenir en la contienda: una tarjeta para uno, otra para otro. Y a Felipe le tocó la segunda en la jugada más suave del partido. El criterio arbitral es a menudo ambiental. Expulsó a Felipe por una rozadura y un minuto después ni siquiera amonestó a Tiko por una durísima entrada a Vucko en el centro del campo. Sencillamente, no tocaba en el reparto. Luego perdonó la tarjeta roja a Téllez por una escalofriante entrada fuera de sitio y de lugar. Tampoco tocaba en el reparto. El partido lo decidía él y nadie más.
Y el partido cambió. Por segunda vez consecutiva, el Athletic jugaba en inferioridad numérica y al poco del suceso encajaba un gol (de Magno) que devolvía al Alavés a un partido en el que nunca había estado. La decisión arbitral, rompió el partido. Heynckes se la había jugado con Javi González de lateral derecho por la lesión de Urrutia. Todo dio igual. El Alavés exhibió su impotencia. El Athletic su fe.
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