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Escrutinios electorales

Odec, fundada en 1965 por el empresario José Peñalva, inició su andadura con poco más que un par de máquinas para grabar tarjetas perforadas, ofreciendo servicios de estudios de mercados (de opinión y marketing) a institutos de investigación de los países nórdicos, que ampliaría después a clientes españoles. A final de los 70 la empresa empezó a diversificar su oferta, y con el nacimiento del Estudio General de Medios (EGM) se introdujo en el control de audiencias y la planificación de medios para empresas de comunicación, con un programa producción propia, Tom-Micro, líder en España y Latinoamérica.

Otra de las actividades más importantes que desarrolla la firma gandiense es el proceso de recuento de votos electorales. Desde 1987, Odec se ha ocupado de los escrutinios de los comicios autonómicos de la Comunidad Valenciana, y ha trabajado para los gobiernos de Murcia, Cataluña, Galicia y Baleares. Su última experiencia la desarrollaron en las elecciones al Parlamento de Galicia, donde aplicaron por primera vez la tecnología escáner y el reconocimiento óptico de caracteres en tiempo real, que utilizarán en la campaña del censo, y probaron una experiencia piloto de escrutinio con tecnología wap en la ciudad de Santiago de Compostela. Los representantes de la Administración en cada mesa electoral enviaban los resultados a través de sus móviles a la central de datos de Odec. 'Esta operación eliminaba los pasos intermedios, y se podían consultar los datos y el escrutinio provisional a través del teléfono móvil, en tiempo real', afirma Luis Pistoni. 'Respecto a las elecciones de 1997 conseguimos adelantar en diez minutos casi un 10% del voto escrutado', precisa.

La empresa gandiense emplea en la actualidad a 250 personas fijas. Aunque su sede central se encuentra en Gandia, dispone de delegaciones en Madrid, Barcelona, Valencia, Lisboa y Santiago de Chile, y ofrece servicios de control de audiencias a los estudios de medios de Argentina, Chile, México, Colombia y Brasil. En el año 2000 la empresa facturó unos nueve millones de euros (cerca de 1.500 millones de pesetas). Para el año que viene prevén alcanzar los diez millones de euros.

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