Toral expone en Granada su visión pictórica del realismo mágico y comprometido

El realismo brutal y onírico del pintor malagueño Cristóbal Toral (Antequera, 1940) puede contemplarse estos días en todas sus expresiones en Granada, en el Centro Cultural de la Fundación Caja de Granada, en una muestra antológica que, bajo el nombre de El realismo como compromiso, recoge la obra realizada en casi 20 años de trabajo. La muestra podrá contemplarse hasta el próximo 8 de diciembre.

Cuadros inquietantes, como una reproducción exacta de Las meninas, de Velázquez, en el que todos los personajes, salvo el hombre asomado en la puerta del fondo, han sido sustituidos por maletas de una precisión casi táctil en D'apres las meninas, o la soledad de las estaciones, los cafés y las mujeres conforman el grueso de la exposición, en la que Cristóbal Toral parece haber reproducido con una exactitud casi fotográfica los paisajes de los sueños.

La muestra sirve para que el espectador pueda contemplar algunos de los cuadros más significativos del pintor malagueño, como Maternidad, de 1982, Bodegón con Pablo, de 1989 o Tríptico del mueble, de 1996. La mayoría de las obras tienen elementos recurrentes, como los embalajes, los equipajes, las maletas, los bodegones o los paisajes claroscuros.

'He ido observando otras realidades', escribió el pintor en 1996 en una especie de autorretrato textual, 'como los emigrantes de la época de Franco, o el desarraigo de los éxodos provocados por la violencia y la guerra, las matanzas de Sarajevo...' Esas ideas son las que parecen estar presentes en la muestra granadina, que condensa dos ideas aparentemente contrapuestas, como la formalidad de los bodegones y los cuadros en los que juegan con la realidad y la fantasía mezclando paisajes imposibles. La emigración, las mujeres solitarias, el espacio y la luz se suceden a través de las diferentes obras que han hecho de Toral uno de los pintores más importantes del país.