Una empresa que sube al Himalaya
Un grupo de alpinistas de élite crea una sociedad para optimizar el trabajo en grupo en el ámbito laboral
Nada como dos escaladores unidos por una cuerda para significar el sentido del trabajo en equipo: uno protege la progresión del otro, le frena en su caída, le releva, le anima. Sin trabajo en equipo no hay cima.
'Nosotros estamos para enseñar a empresarios y trabajadores a trabajar en equipo y conocemos de primerísima mano el ejemplo de escaladores y montañeros', explica Eduardo Martínez, monitor alavés de la federación vasca de montaña e impulsor de un proyecto de actividades de formación para empresas.
La fórmula y el mensaje no son nuevos, pero sí quizá la traslación de la experiencia directa a su puesta en práctica a través de un proyecto empresarial en el que sus artífices se cuentan entre los mejores alpinistas de la tierra.
En el proyecto participa Juanito Oiarzabal, el primer español y sexto hombre que alcanzó las ocho cimas más altas del mundo
Pese a las tirolinas, el trabajo es más exigente desde el punto de vista psíquico que físico, ya que el fin es motivar a los participantes
El mexicano Carlos Carsolio se convirtió en el cuarto hombre, y también en el más joven -tenía 33 años- y rápido, en hollar las 14 cimas de más de 8.000 metros del planeta. Le costó 11 años lograr este propósito y entre medias asombró a la élite de la especialidad con escaladas ultrarrápidas y arriesgados ejercicios en el Himalaya o en las paredes de medio mundo.
Carsolio descubrió el camino de su reciclaje profesional en una tertulia de campo base, en el Himalaya. Allí, un alpinista y empresario alemán le refirió cómo, junto a otras empresas, había apoyado un proyecto para reinsertar en la sociedad a inadaptados y presos. La novedad radicaba en desarrollar el trabajo de los psicólogos al aire libre, en la montaña o en la mar y enseguida se registraron niveles de integración muy superiores a los obtenidos con trabajos en sala. A renglón seguido nacieron una serie de centros privados en los países de Europa central y, en 1992, Carsolio puso en funcionamiento el suyo propio, por el que ya han desfilado 30.000 obreros y empresarios de firmas tan importantes como las informáticas IBM y HP, Levi's o Telmex, la compañía líder de telefonía mexicana, que envió en grupos a 4.500 de sus empleados a la vista de la mejoría contemplada en la actitud de sus trabajadores tras pasar por este tipo de experiencia.
Ahora, Carsolio se ha unido a Eduardo Martínez y a Juanito Oiarzabal, el sexto hombre y único español que ha hollado los 14 ochomiles del planeta, para impulsar este proyecto. 'Conocí a Carsolio en el Himalaya, me contó su experiencia y desde entonces no he dejado de darle vueltas esperando el momento adecuado. Creo que ahora hacen falta más empresas de este tipo en España', cuenta Eduardo, que ha cerrado su negocio de ortodoncia para entregarse a su nueva tarea.
Su empresa, radicada en Bujedo (Burgos), propone actividades al aire libre en las que participan todos los miembros de la compañía cliente en grupos de 30, 40 o 50. 'Sabemos que esto permite unos cambios de conducta y actitud notables porque la gente realiza actividades en el entorno de la naturaleza y a través de una experiencia vivencial y fuera del entorno laboral. Se asimilan muy bien los conceptos de trabajo en equipo, de coordinación, de subordinación y de liderazgo.
También va dirigido a instituciones públicas, equipos profesionales de deporte, o parques de bomberos, donde se trabaja en un ambiente de tensión en el que 'la vida depende del trabajo en equipo', cuenta Eduardo Martínez, quien aclara que la empresa no ofrece actividades de aventura, ni viajes de incentivo, ni 'nada parecido'.
En la práctica, 12 monitores orientan a los clientes en las tareas a desempeñar, todas accesibles a cualquier edad y forma física. Paralelamente, 12 psicólogos evalúan los resultados obtenidos en las pruebas, donde el trabajo en equipo debe permitir superar una serie de obstáculos similares a los que se encuentra en la montaña. Pese al rocódromo y demás, el trabajo es más exigente desde el punto de vista psíquico que físico. Un psicólogo, bautizado como 'el facilitador', realiza una terapia de grupo con los resultados extraídos: 'Por regla general, los participantes acaban muy motivados e interiorizan muy bien los conceptos de trabajo en equipo porque lo han aprendido al aire libre y lejos de la empresa', observa Eduardo Martínez.
El trabajo se completa con una serie de conferencias a cargo de destacados deportistas o de profesionales que han alcanzado el éxito en sus empresas. Aquí, Oiarzabal podrá narrar cómo escaló el Everest sin ayuda de oxígeno artificial y Martín Fiz cómo se dejaba crecer la barba para intimidar a sus rivales en la maratón.
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