La Bienal de Valencia acaba en silencio a los 4 meses de su apertura

La primera Bienal de Valencia acabó ayer, domingo, en medio de un silencio sorprendente. Nada que ver con la espectacular y publicitada apertura del ambicioso proyecto artístico orquestada la pasada primavera por la Fura dels Baus y Carles Santos en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Los cuatro meses de exposiciones en diferentes espacios de la ciudad se han revelado como excesivos para captar la atención del público valenciano, una vez comprobado que la capacidad de convocatoria exterior de la Bienal ha sido muy inferior a la anunciada por la subsecretaria de Promoción Cultural de la Generalitat, Consuelo Ciscar.

El presupuesto del evento se ha disparado, de manera que se han superado ampliamente los 900 millones de pesetas previstos inicialmente. Todo ello, junto a diferentes problemas surgidos a la hora de reunir a los artistas participantes, ha contribuido a que la Bienal, un proyecto concebido para lanzar la imagen de la ciudad de Valencia y que ya en su primera edición ha sido comparado con la Bienal de Venecia y con la Documenta de Kassel, concluyera ayer sin apenas levantar ruido, de manera muy diferente a como empezó.

Consuelo Ciscar, no obstante, ha anunciado que a finales del próximo mes de noviembre se realizará el acto oficial de clausura de la Bienal en el monasterio de Sant Miquel dels Reis, en coincidencia con la entrega del Premio Mundial de las Artes.

Avance triunfalistaTambién ha indicado que el balance oficial se hará próximamente. Ya se dio un avance triunfalista a finales de julio, antes de que la bienal cruzara su ecuador. De momento, tan sólo ha trascendido que la próxima bienal, que se celebrará en año electoral, avanzará de fechas y se iniciará antes del verano, probablemente en el mes de marzo o abril. Todo apunta a que el italiano Luigi Set-tembrini volverá a repetir como director de la bienal.