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Elecciones en Galicia

Beiras augura el cambio al grito de '¡después de Fraga, Galicia!'

'¡Después de Fraga, Galicia!'. El candidato nacionalista a la presidencia de la Xunta, Xosé Manuel Beiras, ha querido transmitir con ese grito, frecuente en los últimos días y que puso el broche de la campaña del BNG en Vigo, no sólo que la alternativa a Manuel Fraga y el PP no supondrá el caos que éstos predican, sino la asunción por la sociedad gallega del protagonismo que le corresponde en la regeneración democrática y en la recuperación de su dignidad como pueblo. 'La mayoría social quiere el cambio y sólo tiene que transformarse en una mayoría electoral concentrando el voto por el cambio', argumentó Beiras.

Los nacionalistas recibieron ayer a invitados de otros partidos nacionalistas que no hablaron pero pudieron oír cómo las 4.000 personas que llenaron el polideportivo donde se celebró el mitin jaleaban a Beiras como presidente. El BNG, que ha tendido la mano al PSdeG-PSOE y a los desencantados del PP particularizó ayer por boca de su candidato un llamamiento conjunto 'a jóvenes y viejos, como un traspaso de la antorcha generacional', para aglutinar la mayoría 'que abra las ventanas y permita la entrada del aire fresco en la política gallega'.

El candidato nacionalista ha explicado por lo menudo, en la última semana, los objetivos de gobierno que plantea (desarrollar un proyecto socialdemócrata), el perfil que tendrá su composición y funcionamiento (un equipo designado por su idoneidad para los cargos y que funcionarán de modo colegiado) y lo factible de integrar la pluralidad de la sociedad gallega en el proyecto liderado por el BNG. De ahí que haya recabado, casi como un ruego, el apoyo de votantes habituales de otros partidos 'sólo por cuatro años, porque es tiempo suficiente para demostrar lo que podemos hacer. Y si no gusta', concluye Beiras, 'pues que nos retiren la confianza en la siguiente consulta'.

El 'avasallamiento'

Uno de los habituales acompañantes de Beiras en el estrado, el diputado Francisco Rodríguez, ha dado el tono más dramático para certificar el 'avasallamiento' de Galicia en el contexto europeo y español. El europarlamentario Camilo Nogueira fue el más riguroso y, quizá por ello, el más aburrido.

La cascada de datos que han volcado sobre la situación de Galicia acaso puedan sintetizarse en dos: uno, Galicia era objetivo 1 de la Unión Europea hace 12 años y ahí sigue, después de una marea de millones que no han facilitado su convergencia, 'demostración concluyente del desgobierno y fracaso de la política del PP'. Y dos: en los Presupuestos del Estado de 2002 le corresponden a cada español unas 75.000 pesetas de gasto; a los gallegos, unas 37.000 pesetas.

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