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La inteligencia artificial se enfrenta al reto de enseñar el sentido común a los ordenadores

Un experto del CSIC dice que el conocimiento general cibernético nunca podrá ser el humano

Hay ordenadores con una capacidad extraordinaria para realizar tareas específicas, como no olvidará el ajedrecista Gary Kaspárov tras salir trasquilado frente a la computadora Deep Blue. Pero es mucho más complicado que adquieran conocimiemtos de inteligencia general, el denominado sentido común. El responsable de unas jornadas que se celebran en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo sobre inteligencia artificial, Ramón López de Mántaras, apuntó ayer que en el caso de que los ordenadores alcanzaran este conocimiento, sería distinto al humano.

Gran parte de las decisiones que toman los seres humanos están dirigidas por lo que denominamos el sentido común, unos conocimientos generales 'difícilmente descriptibles', como apuntaba ayer en Valencia Ramón López de Mántaras, miembro del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Transmitir estos razonamientos a las máquinas de silicio es 'una de las principales barreras a superar', como apuntó ayer López de Mántaras. El responsable del CSIC, que dirige las jornadas Hal 9000: realidades y utopías de la ciencia ficción, apuntó que en el caso que se pudieran transmitir estas enseñanzas, serían muy distintas a las humanas. 'Quizás llegará el momento en el que se pueda hablar con los ordenadores de economía, política, física o cualquier otro campo del conocimiento', aunque el conocimiento de los ordenadores nunca podría ser comparable al humano debido a una razón. López de Mántaras subrayó que una máquina nunca podrá tener las vivencias de un ser humano, un aspecto que interviene decisivamente en el desarrollo de la inteligencia humana a través de las experiencias que percibe de su entorno.

Para acercar en lo posible las vivencias humanas a los ordenadores, el objetivo de los investigadores es dotar a las computadoras de sensores lo más parecido a los sentidos humanos. De esta forma se trata de que los robots 'experimenten su entorno como nosotros y su inteligencia general sea lo más similar a la nuestra', un escenario que forma parte de la ciencia ficción. De ahí la forma humanoide de algunos de las máquinas en desarrollo.

Frente a la dificultad de enseñar estos conocimientos, la inteligencia artificial ha dado grandes pasos en otros campos de conocimiento específico, como el computador de ajedrez Deep Blue, o los avances alcanzados en diagnóstico médico y cirugía. El especialista en inteligencia artificial vaticinó para un plazo de una o dos décadas la extensión del uso de robots domésticos para la limpieza del hogar o, por ejemplo, cortadores de césped autónomos, pese a los elevados precios que tienen ahora los prototipos de estas máquinas, provocados por la necesidad de amortizar los elevados plazos de desarrollo de los equipos.

Creatividad cibernética

López de Mántaras se refirió a la posibilidad de los ordenadores de participar en labores creativas. Para este especialista, la creatividad no supone partir de la nada, sino más bien tiene que ver con 'reinvenciones' basadas en principios ya existentes. Por tanto, la inteligencia artificial permite programar sistemas basados en reglas que pueden dar el resultado de productos creativos. Es el caso de la música. Un ordenador con conocimientos en la materia puede componer melodías, por ejemplo o interpretarlas de formas distintas, más alegres o más tristes, en función de unos criterios previamente introducidos en el sistema. Sin embargo, la creatividad de los computadores se enfrenta a un importante obstáculo. Los ordenadores generan nuevos modelos partiendo siempre de unos conocimientos previos muy definidos, lo que constriñe notablemente los productos. 'Mozart, Einstein o Picasso fueron grandes genios porque transpasaron los límites establecidos por las normas de su tiempo y crearon modelos científicos y estéticos nuevos'. Este carácter transgresor está lejos del comportamiento actual de los ingenios cibernéticos. 'Las reglas, axiomas y paradigmas matemáticos frenarían la supuesta creatividad de los ordenadores', apuntó.

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