Elogios a Cascos, críticas a Pujol
Los alcaldes del Baix Llobregat eran unánimes en el elogio a la negociación sobre el trazado del AVE por el Baix Llobregat. Aseguraban que si ellos habían ganado era porque se habían mantenido unidos tras el llamado 'manifiesto metropolitano', en el que defendían el trazado ahora aprobado por la comarca y también el que finalmente se ha impuesto en L'Hospitalet y Barcelona.
Los alcaldes coincidían también en elogiar la actitud del ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, y de su equipo: el secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, y el director general, Manuel Niño. El presidente del Consejo Comarcal del Baix Llobregat, José Luis Morlanes, dedicó incluso unas palabras cariñosas a éstos en el acto de la firma. Luego, ni Morlanes ni Lluís Tejedor ni Celestino Corbacho tuvieron empacho en reconocer que el actual ministro, llegado al cargo con la fama de 'intransigente', ha terminado por no imponer un solo trazado contra la opinión de la Administración local. Incluso ha ido más allá y ha accedido a cosas que algunos alcaldes no se atrevían a pedir, como es el caso del compromiso de soterrar las vías en Girona.
Sólo un punto queda fuera de los acuerdos: el aeropuerto, un asunto cuya negociación asumió personalmente el presidente del Gobierno catalán, Jordi Pujol, y que sigue encallado.
Lo que hizo Pujol fue admitir una solución que nadie quería en Cataluña (que el AVE llegara al aeropuerto por una vía secundaria) y, encima, aceptar pagar esa solución no deseada. Los alcaldes no extendían ayer a Pujol los elogios que dedicaban a Álvarez-Cascos. 'No consigue lo que se pide, y encima paga lo que no se pide', resumía un edil.
Las primeras estimaciones hablaban de unos 10.000 millones que debía pagar el Gobierno catalán. Poco después la cosa subía a 15.000 millones. Ayer, en Fomento, algunas voces aseguraban que el aplazamiento de este asunto para un nuevo convenio tiene que ver con un hecho: el precio es muchísimo mayor y puede superar los 30.000 millones de pesetas. Y para colmo, todo parece indicar que la fecha de 2004 resulta difícilmente alcanzable.
El Gobierno catalán puede decir que no paga. Pero la respuesta del ministerio sería muy simple: el aeropuerto se queda sin AVE.
