Educación de adultos
En el comienzo de este curso escolar, los profesores de Educación de Personas Adultas, nos hemos encontrado con una supresión considerable del profesorado en los centros que atienden a los niveles más bajos (desde alfabetización hasta personas que aún no tienen la formación básica). Lo sorprendente es que esta supresión no responde a una reducción de matrícula en la mayoría de los casos, sino a que la administración aplica un criterio que supone un incumplimiento de su propia normativa, reflejada en las instrucciones mandadas a los centros para este curso, referente al número de alumnos por clase.
En esa normativa se establecen 15 personas para los grupos de alfabetización y 25 para los de formación de base. Sin ningún escrito-comunicación se aumentan dichos números a 22 en el primer caso y en 28 en el segundo, por lo que nos encontramos a comienzo de curso con el mismo número de alumnos pero con una reducción en el profesorado.
Otro de los criterios que se está aplicando este curso para reducir maestros es el de impedir (de manera solapada, puesto que no hay ninguna comunicación escrita) la realización de planes educativos en los centros, sumando el cómputo general de horas en un centro y traduciendo éstas en la reducción de profesorado. Nosotros nos preguntamos: ¿será una estrategia de la administración para vaciar de contenido sociocultural los centros de EPA?
En definitiva, la administración dice potenciar la Educación de Personas Adultas pero, en realidad, lo que hace es potenciar otros aspectos de esta modalidad educativa en detrimento de los centros de adultos que atienden a los niveles más bajos (formación básica) y con un contenido sociocultural.
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