Incorrección
Desde luego, sin la menor duda, no puede ser un 'choque de civilizaciones', porque sólo hay una civilización, la del capitalismo y su ejército de máquinas. Habrá países con más microondas y otros con menos neveras, pero nadie escapa a la civilización de la técnica. Y nadie divisa la menor alternativa.
Tampoco puede ser un 'choque de culturas', porque no existe tal cosa como una 'cultura cristiana' o una 'cultura islámica', sino miles de sociedades autistas, como mónadas sin ventana. Incluso en una sociedad diminuta como la de España, buen número de vascos y catalanes dicen no tener nada que ver con la 'cultura española'. Y llevan camino de conseguirlo.
¿'Choque de religiones', entonces? ¡Nada más absurdo! El mahometano filipino, el del Yemen y el negro de Washington seguidor de Casius Clay no tienen apenas nada en común, aunque se ilusionen creyendo compartir un dios y una vida extraterrestre. Tampoco el ecónomo de Valladolid se parece mucho a Teresa de Calcuta.
Y, sin embargo, no podemos reducirlo al capricho de un puñado de terroristas enloquecidos. Al contrario. Se trata, más bien, de gente con estudios superiores, que han bailado el rock y bebido champagne, occidentalizados. Se diría que, precisamente por haber conocido la vida secular y agnóstica, hubieran reaccionado más ferozmente contra ella.
Así que quizás sea ésa la diferencia real y el choque verdadero. La que se da entre sociedades gobernadas por clérigos y las administradas por laicos. Ese choque sí me parece real, y seguramente tiene cierta relevancia.
En una entrevista concedida años antes de saltar por los aires, el almirante Carrero aseguraba que él prefería un mundo destruido por la bomba atómica a un mundo sumido en el pecado. El almirante Carrero, como los clérigos misóginos de Afganistán, como los teólogos del Gobierno de Sharon, como los curas energúmenos del carlismo vasco, son la verdadera diferencia y el verdadero choque que podemos reconocer.
Y, si así fuera, la solución es sencilla, aunque políticamente incorrecta: anticlericalismo, desde la escuela, anticlericalismo.
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