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Reportaje:Copa del Rey | FÚTBOL

Fiesta futbolística en Fuerteventura

La excepcional presencia del Real Madrid revoluciona por completo una isla con menos de 50.000 habitantes

Fiesta en Fuerteventura con f de fútbol. Esta isla canaria también fue afortunada en el sorteo de la primera ronda de la Copa. Le tocó el premio gordo y hoy (22.00, hora peninsular; Teletaquilla) se dispone a cobrarlo. Ni más ni menos que el Madrid de Zidane, no importan las ausencias. El rival más querido por los clubes modestos tanto por motivos deportivos, la excepcionalidad de enfrentarse a un grande, como económicos, toda una inyección vitamínica. El escenario del acontecimiento, la península de Jandía, el punto más meridional; a unos 70 kilómetros de Puerto del Rosario, la capital. El Pájara, un club municipal que hace publicidad de su turismo de sol y mar con su apellido, Playas de Jandía, y su camiseta, ondulada en azul y amarillo, olas contra la arena, viento y surf, se dispone a afrontar el que podría ser el partido de su vida, de su corta vida, sólo cinco años, si... ganase.

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Es cierto, sí, que el Pájara anda algo alicaído. O, con más propiedad, con las alas rotas. Sexto en la pasada temporada en el Grupo 3 de la Segunda División B, está siendo víctima al comienzo del presente curso de una auténtica pájara. De seis encuentros sólo ha sido capaz de ganar uno. Contra los once goles recibidos únicamente ha opuesto dos marcados. Así que va el último, claro. Con 3 puntos. A 13 de distancia del líder invicto, que no es otro que el Madrid B: el de Miñambres, Pavón, Rubén y Raúl Bravo, esa cobertura que se ha traído consigo Vicente del Bosque por aquello de las lesiones, las crisis de ansiedad y los descansos. Ningún isleño en su sano juicio piensa, pues, en la posibilidad de vencer esta noche. O, al menos, ninguno lo reconoce en voz alta. Porque, por lo bajo, quizá sean muchos los que se acuerden del Toledo, un ejercicio atrás, y acaricien la idea de emularlo. 'Si sonase la flauta...', murmuraba ayer por la mañana un maletero del aeropuerto.

Da igual, el Pájara y toda Fuerteventura se sienten felices y honrados por el simple hecho de vérselas sobre el mismo tapete con el Madrid. Tan es así que se han volcado con él. Todo les parece poco para agasajarle. Hasta el extremo de aspirar al libro Guinnes, el de los récords, mediante el dibujo de un 100 gigante, que ocupe unos 400 metros, el mayor del mundo en su género, sobre una de sus playas. Un 100 en homenaje al centenario del club blanco. Y es que también agradecen que éste no haya apelado al reglamento para pedir el cambio de escenario por el detalle de que el césped de su estadio, el Benito Alonso, no sea natural, sino artificial. 'Es que aquí escasea el agua. No llueve más que unos pocos días al año', se excusa Mingo, el delegado, que enseguida matiza que también el propio Madrid y el Barcelona tienen canchas así para sus secciones inferiores: 'No serán, pues, tan malas'.

No, no lo serán. Pero, eso sí, son más duras, por lo que hay que prevenirse de las caídas, y el balón bota con más rapidez, por lo que hay que estar muy atento. Pero el Madrid no ha querido privar a Fuerteventura de su presencia. Por eso no puso el más mínimo reparo. Aunque no esté acostumbrado a jugar sobre un tapiz así. Aunque tenga que volver a utilizar las tradicionales botas con tacos de goma, dado que los de aluminio podrían levantarlo. No deseaba defraudar la expectación despertada. Tampoco a sus mismos seguidores, que aquí también los tiene: una peña triunfalista que se denomina La Séptima Copa de Europa. Decenas de ellos acudieron ayer a recibirle al aeródromo, a la búsqueda de los autógrafos en sus blocs de notas o de sus imágenes en sus cámaras de vídeo, en medio del clásico despliegue previsor de las fuerzas de seguridad.

Pero la gran avalancha de gente se va a producir, obvio, esta noche. La directiva del Pájara se ha movido deprisa. Su campo tiene un aforo de entre 2.500 y 3.000 espectadores. Pero la demanda exigía tomar medidas adicionales. Así, pues, se han alquilado unas gradas supletorias para llegar a los 6.000. 'Han sido caras; sobre todo, por el transporte desde Gran Canaria y Tenerife', explica Vicente, el jefe de prensa y responsable municipal de Deportes. Unos 20 millones de pesetas. Pero el cargo en taquilla, consumido, es mayor: unos 40. Las entradas se han puesto a la venta a 10.000 pesetas en general, cuando suelen costar 1.500, mientras que a los niños les han salido por 2.000 y a los socios por 5.000. 'No importa. Esta vez sí que merece la pena rascarse el bolsillo', comentaba un grupo a las puertas del hotel en el que se aloja el Madrid.

Como encima hay que contar los derechos de televisión, unos cinco millones, el Pájara va a obtener un pequeño gran empujoncito con vistas a esa Ciudad Deportiva que ya tiene proyectada y que, ella sí, dispondrá de un terreno de hierba de verdad. Y... de mucho más. Porque este club no se limita al fútbol, aunque se lleve cerca de 200 de sus 300 millones de pesetas anuales de presupuesto, nada comparado con los 38.000 millones del Madrid, pero que sirven para mucho. Abarca otras actividades, como el atletismo, en el que destaca; el baloncesto, el balonmano, el voleibol, el ajedrez, el kárate o, por supuesto, la lucha canaria, la vela, el surf y el buceo. De esa manera suma hasta mil fichas de practicantes, en su gran mayoría jóvenes. Un porcentaje estimabilísimo para una ciudad de 10.000 habitantes en una isla que no llega a los 50.000. Por todo ello se mereció el año pasado el Premio Nacional del Deporte. Por todo ello se ha merecido su fiesta de esta noche.

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