Francia anunciará su implicación militar en 'cuestión de días'

El presidente de Francia, Jacques Chirac, comunicó ayer al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el compromiso de su país para participar militarmente en la ofensiva iniciada en Afganistán. Chirac lo explicó así en un breve mensaje por radio y televisión, en el que se mostró seguro del apoyo de los franceses a 'la acción que conduzco, junto con el Gobierno', y justificó la intervención de 'Estados Unidos y sus aliados' por 'el rechazo del régimen talibán a entregar a Bin Laden' y la amenaza terrorista que pesa 'sobre todas las democracias'.

Un barco de avituallamiento y una fragata constituyen, por ahora, la presencia simbólica de Francia en las fuerzas reunidas por EE UU y el Reino Unido en el océano Índico. Pero, 'en los últimos días, Washington nos ha pedido nuevas demandas y estamos dispuestos a asumir nuestra parte', añadió Chirac, quien había hablado antes con el primer ministro Lionel Jospin. El ministro de Defensa, Alain Richard, que estaba siendo entrevistado en directo en televisión cuando se produjo el ataque, anticipó que la participación francesa es 'cuestión de días'.

El ministro de Defensa dijo que su país cuenta con medios militares comparables a los del Reino Unido, y 'Estados Unidos sabe que podemos entrar en acción en pocos días'. Para Richard, una parte de las fuerzas de Osama Bin Laden están 'bastante imbricadas con el aparato militar de los talibán', lo cual exigirá atacar los 'objetivos conjuntos', que son 'numerosos'. 'Pienso que ha comenzado una acción de destrucción sobre instalaciones militares o centros de entrenamiento de la organización terrorista' antes de lanzarse a eventuales operaciones en tierra, agregó el ministro.

Constitucionalmente, Chirac es el jefe máximo de las Fuerzas Armadas, pero el Gobierno dirige la política de defensa. Las dificultades internas de Francia para resolver esa dualidad han quedado suavizadas tras el consenso parlamentario del pasado día 3 por la Asamblea Nacional, que apoyó la respuesta estadounidense a los ataques terroristas, siempre que sean 'proporcionados' y 'selectivos'.